20. Detrás de la historia

83 14 0
                                    



+------------------------------------------------------+

+------------------------------------------------------+

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

+------------------------------------------------------+


—Sorpresivamente es de las pocas que conozco —escuché a los lejos la voz de Deaton mientras acariciaba al pequeño gato sobre la mesa. El hombre volvió con un pequeño frasco y una inyección —Ayúdame a sostener acá —agarré el cuello del felino y él le inyectó el desparasitante —Sekhmet es la diosa de la guerra. Representa poder y fuerza.

—Leí que salvaguarda de los poderes malignos —asintió. El asustado gatito volteó a verme y yo rasqué su pequeña cabecita haciéndolo ronronear, algo que me sorprendió pues normalmente les caigo mal.

—Es la hija de Ra.

—¿El Dios del sol? —nuevamente asintió.

—Te topaste con el amuleto más unido a ti —lo miré confundida —Los amuletos funcionan dependiendo de su dueño y el vínculo que tengan en relación a sus poderes.

—¿Cómo una mascota? —pregunté incrédula. Él volvió a verme con una ceja alzada.

—Si... como una mascota. Pero no es tan fácil, tienes que formar el vínculo con Sekhmet, y se sabe por la historia que era una mujer furiosa, capaz de arrasar a la humanidad con el calor del sol.

—Ah bueno, algo muy tranquilo, estoy segura de que nuestra relación irá de maravilla —dije sarcástica.

—Con esa actitud, no lo creo —sonrió agarrando al gatito para devolverlo a su guacal. Salió de la habitación para entregar al felino con su dueña.

Me recosté sobre la mesa de metal viendo el amuleto en mis manos. Algunas veces creía que todo esto era un sueño. Uno muy malo.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Lo saqué viendo una llamada entrante de Scott.

—Hola

—Hola Sid, ¿sigues donde Deaton?

—Si ¿por qué?

—Solo quería saber. Estoy en lo de Alison planeando recuperar el dedo de Katashi.

—Entiendo.

—¿Cómo te sientes? —cerré los ojos unos segundos.

—No lo sé Scott. Stiles casi te mata, se fue a internar en Eichen House y ahora tengo que crear un vínculo con una diosa que podría matarme. Realmente no sé cómo crees que me siento —rasqué mi frente.

—Está bien Sid, solo trata de descansar hoy ¿sí? Yo te avisaré cualquier cosa —asentí, aunque no pudiera verme —Bien, hablamos luego, te quiero.

—Yo a ti —la llamada se cortó.

Deaton volvió con las manos en los bolsillos.

—Debería irme —dije acercándome para abrazarlo —Gracias por todo, perdón por tan poco —los dos reímos y él me sostuvo en sus brazos unos segundos hasta dejarme ir.

PRAGMA - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora