En un remoto pueblo envuelto en misterios y leyendas, una joven llamada Sidney llega para quedarse con su primo, Scott, después de un largo viaje de intercambio. Pronto, Sidney descubre que el lugar está impregnado de una magia ancestral y oscuros s...
—Ni siquiera te cambiaste. ¿Por qué te demoraste tanto? — así fui recibida al Jeep.
—Cosas de mujeres, Stilinski, no lo entenderías porque ni siquiera has tocado a una — Scott soltó una pequeña risa, a lo que su mejor amigo lo miró ofendido.
—Para tu información, esta noche tengo una cita y tú vas a seguir sola como siempre lo has estado — rodé los ojos.
—Oye, si sigo soltera ha sido por decisión propia, no porque no le interese a nadie... como a otros — Scott nuevamente se rió.
—Oye Scott, ¿no te gustaría ponerte del lado de tu mejor amigo?
—Lo siento, Stiles, pero Sidney tiene razón — le saqué la lengua al chico que me respondió con una mueca.
Cuando llegamos al lugar, saludé a Allison y a Lydia. La pelirroja se veía bastante emocionada, a diferencia de la peli fresa.
Mientras nos poníamos los patines, pude escuchar la frase más horripilante que jamás había escuchado.
—Sabes... tal vez naranja y azul no es lo mejor. Pero, sabes, a veces hay cosas que no crees que serán una buena combinación y terminan siendo la mejor combinación, como dos personas juntas. Que nadie nunca creyó que nunca estarían juntas... jamás — quería vomitar. Ahora podía confirmar que Stilinski era lo peor para conquistar.
—Sabes, yo también lo pienso.
—¿En serio? — preguntamos Stilinski y yo a la vez.
—Sí, son muy lindos — me reí al caer en cuenta de que Lydia hablaba de Scott y Allison.
Lydia se levantó y entró a la pista, dejando al chico con una cara de decepción que me alegró el día.
—Buen intento, soldado — palmeé su hombro y me adentré en la pista.
En Alemania había muchas pistas para patinar, así que había logrado aprender bastantes trucos. Patiné por mi cuenta, dejándome llevar por mis pies, cuando me di cuenta de que Lydia era aún mejor que yo. Se veía tan feliz y tranquila dando vueltas y vueltas. Era una persona totalmente diferente cuando estaba sin Jackson.
—Enséñame a patinar — me sobresalté al escuchar a Stilinski a mis espaldas —Necesito impresionar a Lydia — rodé los ojos.
—Ese no es mi problema — me alejé y seguí patinando tranquilamente por mi cuenta. Así pasaron varios minutos hasta que tuve que detenerme al ver cómo Scott caía al suelo y Allison lo ayudaba. Inconscientemente, solté una pequeña sonrisa. Lydia tenía razón, se veían muy lindos juntos. Me alegraba que entre todo el caos, Scott pudiera encontrar el amor.
