En un remoto pueblo envuelto en misterios y leyendas, una joven llamada Sidney llega para quedarse con su primo, Scott, después de un largo viaje de intercambio. Pronto, Sidney descubre que el lugar está impregnado de una magia ancestral y oscuros s...
A veces me pregunto muchas cosas sobre la vida, y me doy cuenta que sabemos tan pocas cosas sobre ella que hablamos y hablamos de la vida en mayúsculas pero se nos queda grande. Creemos saberlo todo pero no sabemos nada.
Hace unas semanas creía tener toda mi vida organizada. Tenía el sueño de terminar la escuela, encontrar una universidad y pagarla con ayuda de una beca deportiva. Expandir mi círculo social, encontrar el amor de mi vida, viajar por el mundo.
Pero ahora era solamente eso... un sueño.
Ahora mi vida era un juego de supervivencia. Un día podía sobrevivir un asesino serial y al otro podría morir en manos de una criatura mitológica.
Por unos días llegué a creer que hasta podría ser algo divertido tanto misterio pero estaba equivocada.
Después de haberme desmayado en la comisaría, desperté en mi habitación con un terrible dolor en el cuerpo. Scott estaba acostado a un lado mío y Stiles estaba dormido en la silla de mi escritorio.
Me habían llevado con Deaton quien vendó mi abdomen pues la herida demoraría en sanar aunque ya había cerrado en la parte de atrás.
Esa misma mañana tuve que explicarles como Allison me había disparado con su ballesta por error y que ahora tendría que contarle sobre mi lado rarito a menos de que tuviera una excusa creíble del por qué a los dos días ya estaba yendo a la escuela como si no me hubiera atravesado una flecha. Ella se lo tomó bastante bien, aunque no quito que me hubiera regañado por no haberle contado antes pues en verdad creyó que iba a morir por su culpa.
Stiles me contó sobre el cadaver de Matt que había sido hallado en el lago y como su papá había vuelto a ser sheriff.
Genuinamente estuve muy feliz por él pero la discusión que habíamos tenido unas horas antes del caos había vuelto las cosas extrañas entre los dos.
Por otro lado, Jackson andaba tranquilamente por la escuela como si no fuera un asesino serial y lo peor es que se aproximaban las finales de Lacrosse y tenía que entrenar con él. Normalmente no tendría ningún problema pero el solo pensar en su forma de lagarto cada vez que lo tenía cerca, me ponía a la defensiva.
También llegó a mis oídos que Melissa había descubierto el lado animal de Scott en la comisaría esa noche.
Cuando estuve sola en mi habitación, la mujer que consideraba mi madre entró para preguntarme yo sabía sobre todo eso. Claramente no le iba a mentir y tal vez fue la peor decisión porque tuve que ver como me daba la mirada más dolida del mundo para marcharse de mi habitación con lágrimas. Y después de eso nos estuvo ignorando por completo a Scott y a mí.
