En un remoto pueblo envuelto en misterios y leyendas, una joven llamada Sidney llega para quedarse con su primo, Scott, después de un largo viaje de intercambio. Pronto, Sidney descubre que el lugar está impregnado de una magia ancestral y oscuros s...
—El mercado de valores se basa en dos principios ¿cuáles son? —Scott y yo levantamos la mano.
—Si McCall puedes ir al baño ¿Ross? —miré a Scott quien me lanzó una mirada pidiendo ayuda.
—Creo que Scott sabe la respuesta —dije bajando mi mano. El entrenador se comenzó a reír como loco hasta que vio la cara seria de los dos —¿Es... en serio?
—Si, riesgo y recompensa.
—¡Wow! ¿¡Quién eres y que has hecho con McCall?!—se acercó a Scott —No respondas, tú me caes mejor. Me agradas más —se alejó dejando a Scott con una sonrisa orgullosa —¿Alguien tiene una moneda? —vi a Stiles sacar apuradamente una moneda de su bolsillo pero en vez de sacar lo que todos esperábamos, un preservativo salió volando al suelo.
Le di un sorbo a mi cajita jugo con una ceja alzada ¿Acaso había tenido sexo con la chica de la fiesta?
—Stilinski —el entrenador recogió el paquete que ponía xxl en grande —Se te cayó esto... —Finnstock volteó a verme con una sonrisa pícara y volvió a Stiles —Y felicidades —le entregó el paquete y yo escupí el jugo en la cabeza de la chica frente a mí al mismo tiempo que Scott volteó a verme con sorpresa. Yo negué con la cabeza varias veces.
—Nosotros no...
—¡Riesgo y recompensa! —el entrenador interrumpió las risas de la clase volviendo al pizarrón. La chica frente a mí volteó a verme molesta y yo solo pude formular con mis labios un 'lo siento' —Con la moneda en la tasa, ganas una recompensa— colocó la tasa en el suelo —Ahora, miren am entrenador —se alejó unos pasos para rebotar la moneda en el suelo que cayó en la tasa. Todos aplaudieron —Danny, riesgo o recompensa.
—¿Qué recompensa hay?
—No hacer el examen sorpresa de mañana.
—Entrenador, no es sorpresa si nos lo dice antes.
—Danny sabes esperaba más de ti en este punto —le quitó la moneda.
El entrenador le ofreció a Scott que amablemente rechazó y luego fue mi turno.
—¡Bien, una mujer apostadora! —tomé la moneda y me agaché al otro extremo. Me fijé en las tablas del suelo para saber que tan fuerte lanzarla y luego solo lo dejé a la suerte.
La moneda rebotó en el suelo y cayó perfectamente en la tasa. Me levanté con una sonrisa y la clase aplaudió. Volví mi asiento y Stiles golpeó su mesa, animado a seguir.
Se ubicó nuevamente donde yo me había parado y calculó el rebote de la moneda pero antes de poder lanzarla, la puerta del salón se abrió dejando ver al sheriff.
