7. Jugando con fuego

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—Estamos a un paso de las finales. No quiero verlos cometer alguna estupidez o yo misma me encargaré de hacerlos sufrir. ¡Vamos a ganar este partido aunque nos cueste un maldito hueso! ¿¡Entendido?!

—¡Sí!

—¡Bien, afuera todos! —Los chicos comenzaron a salir de los vestidores. El entrenador siempre me dejaba dar las últimas palabras antes de los partidos. Decía que le gustaba que fuera dura con ellos, y eso hacía.

Mientras me recogía el cabello para colocarme el casco, noté a Stiles observándome en silencio.

—¿Qué? —se sobresaltó.

—N-Nada, nada —fruncí el ceño pero no dije nada. Le pasé por el lado pero me detuve antes de salir, dándome la vuelta.

—Lo de esta tarde...

—No se lo diré a nadie —lo miré sorprendida, pero luego le di una pequeña sonrisa junto a un asentimiento. Me coloqué el casco y salí.

Iniciando el partido, pude notar a un jugador del otro equipo que era el triple de mi tamaño. Eso nos traería bastantes problemas.

Y efectivamente, así fue.

—¡Scott! —me acerqué trotando—. Escucha, no me importa si te sales de control o lo que sea, pero necesito que acabes con ese maldito.

—McCall, ¿qué diablos esperas? —Jackson llegó a mi lado sujetando al moreno de la camiseta—. Tienes que ganarle a esa máquina de asteroides.

—¿Yo? Tú dijiste que jugar así no era justo —me crucé de brazos incrédula.

¿¡Jackson también sabía?!

—¿Y ese fenómeno de la naturaleza es algo justo?

—Scott, odio decirlo, pero tiene razón.

—No puedo, no con el abuelo de Allison aquí —solté un bufido irritada cuando sonó el silbato.

El otro equipo continuó anotando puntos y sacando a dos jugadores lesionados, incluyendo a Danny. A ese punto, yo no podía parar de maldecir a lo que se me cruzara.

Al entrenador le pareció excelente idea meter a Boyd de último momento por falta de jugadores. Le lancé una mirada a Scott y parece que pensó lo mismo porque me vio de la misma manera. Volvimos a empezar y, por primera vez en media hora, Boyd pudo taclear al mastodonte del otro equipo.

Las gradas saltaron y gritaron emocionadas al igual que yo. Los chicos lo rodearon y saltaron entre todos.

—¡Sí, entre más grandes son ellos, más grandes ellos son! —me reí ante el comentario del entrenador.

PRAGMA - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora