12. El peso de las decisiones

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—Entonces, ahora que tu papá sabe de todo esto quiere como desempolvar casos y cree que una chica que se accidentó hace muchos años fue por culpa de un hombre lobo —asintió —Ayer fueron a hurtar su casa...

—Tomar prestado —me interrumpió.

—Ajá, a pedir prestado algo para oler a Malia y se toparon con un coyote y una guarida que tenía cosas... de niña.

—Exacto.

—Y creemos que el coyote es Malia. Vi sus ojos brillar como los tuyos, azules solo que más claros.

—Bien, pues si crees que puedes salvarla, te ayudaré. Para algo somos tu manada de idiotas — Scott sonrió y Stiles me miró ofendido.

Caminé a mi puesto al ver al profesor entrar y alisté mis cosas.

—Hola, soy Kira. Eso ya lo sabías, no sé por qué lo dije —giré a mi costado viendo a la mencionada hablar con Scott —Como sea, tengo algo para ti —alcé mi ceja interesada.

—¿Para mí?

—Si. Sobre el bardo —hice una mueca. Creí que sería una declaración de amor —Mi explicación fue muy dispersa, entonces, hice una investigación y la imprimí —ahora hice un puchero pensando lo tierno que era ese gesto.

—No tenías que hacer eso —Scott rascó su nuca.

—Solo me llevó unas horas —la chica rebuscó en su maleta.

—Vaya. Entonces en verdad no tenías que hacer eso.

—Juro que lo imprimí...

—¡Kira! Olvidaste la investigación que hiciste para el chico que te gusta —su padre le extendió unos papeles. Tuve que cubrir mi rostro para no dejar ver mi expresión y cagarme de la risa al ver el rostro de Scott.

Kira se sentó rápidamente después de entregarle los papeles y Scott llegó a mi lado.

—Scott tiene una novia —canté en un susurro sabiendo que el moreno me había escuchado perfectamente.

—Cállate —susurró de vuelta con una pequeña sonrisa.

—Muy bien clase, estábamos hablando de las prisiones y los prisioneros de guerra. Tenemos un fragmento en el que quisiera profundizar —saqué mi cuaderno viendo a Scott ojear la investigación de Kira —¿Quién quiere pasar a leerlo en voz alta? —alcé la mano, pero el hombre me ignoró por completo. Tal vez estaba harto de que fuera la única en participar —Señor Stilinski, pase por favor.

—Oh, eh, creo que Sidney quería pasar.

—Todos participan en mi clase, señor Stilinski —el chico se levantó soltando un suspiro y me lanzó una corta mirada antes de enfocar su vista en el libro.

PRAGMA - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora