GEORGIA STANWAY

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En cuanto llego a casa, saco el móvil del bolsillo y busco el grupo de mis mejores amigas para hacer una videollamada urgente con ellas. Después de un par de tonos ambas contestan, la primera en hacerlo es Leah, desde Londres, seguida de Keira que contesta desde la terraza de su casa en Barcelona.

- Hey G, ¿qué pasa? – pregunta Leah cuando no me ven con mi usual sonrisa.

- ¿Todo bien? ¿Hay que pegar a alguien? ¿Llamo a Lucy?

- No Keira, tranquila, de momento no hay que pegar a nadie- contesto sonriendo un poco.

Pase lo que pase las chicas siempre consiguen sacarme una sonrisa, ya sea queriendo o sin querer, como ahora mismo.

- G, nos tienes en ascuas, ¿quieres contarnos ya lo que ha pasado? – pregunta Leah después de un par de minutos de silencio.

- A ver, ¿os acordáis de Lenna?

- ¿Tu tatuadora? – pregunta Keira atando los cabos.

- Sí, pues... puede, y solo puede, que haya ido a su estudio para tatuarme, una cosa haya llevado a la otra y hayamos terminado besándonos- digo tan rápido que las palabras se han ido amontonando unas con otras.

- ¿Os habéis besado? – pregunta, bueno, más bien grita, Leah.

- ¿Quién se ha besado con alguien? – pregunta Lucy apareciendo junto a Keira.

- G se ha besado con su tatuadora, Luce- le explica su novia mientras acaricia a Narla, la perrita que comparten.

- Guau, eso si que no me lo esperaba- dice Lucy con cara de sorpresa.

- Ahora que ya estamos todas sigue contándonos anda- propone Leah, que se muere por saber el chisme.

- Está bien, a ver...- empiezo a contar.

Unas horas antes...

Entro en mi estudio de tatuajes de confianza aquí en Múnich, y como ya es costumbre, Lenna en cuanto me ve sale de detrás del mostrador para saludarme con un abrazo.

- Ey, tía, ¿qué tal estás? – me pregunta mientras se sienta a mi lado en uno de los sofás.

- Asumiendo todavía que no iremos a los Juegos Olímpicos pero, por lo demás, todo bien.

- Lo siento mucho tía, pero supongo que el deporte es así ¿no?

- Sí, supongo que sí – digo un poco más triste que hace un par de minutos.

- Ey, alegra esa cara, venga, cuéntame, ¿qué tienes en mente hacerte?

Empiezo a explicarle con lujo de detalles el diseño que había pensado, y en seguida ella se pone manos a la obra para dibujarlo en su cuaderno. Cuando ya lo tiene listo me lo enseña dejándome con la boca abierta en cuestión de segundos.

- Es justo tal y como me lo había imaginado- confieso con una sonrisa creciendo en mi rostro.

- ¿Estás segura? Mira que luego no va a haber marcha atrás.

- En tus manos siempre estoy segura- las palabras se me escapan antes de que pueda procesarlas o decir algo más que lo arregle.

- Pues venga, vayamos a la sala de una vez para sacar el transfer y empezar cuanto antes- dice tirando de mí para que me levante del cómodo sofá.

Una vez en la sala de tatuar, me siento en la camilla mientras ella escanea el dibujo que acaba de hacer para luego imprimirlo es una de esas hojas especiales cuya tinta se adhiere a la piel. Cuando ya está todo listo, me pregunta en qué parte del cuerpo tengo pensado hacerme el tatuaje.

ONE SHOTS- FUTBOL FEMENINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora