ONE SHOTS- FUTBOL FEMENINO

ANDREA MEDINA

Estoy esperando en mi portal a que pase Lola a buscarme para irnos a comer con su novia a un restaurante nuevo que han abierto. Los sábados siempre nos juntamos las tres, desde que llegué a Madrid Lola ha sido como una madre para mí, y desde que ha empezado a salir con Cris, definitivamente se han convertido las dos en mis mamis. Nos pasamos los días juntas, y me ayudan en absolutamente todo, si no fuera por ellas mi llegada y estancia en la capital hubiera sido mucho más difícil.

Cuando escucho el sonido de un claxon, levanto la mirada del móvil, donde Tik Tok me tenía abstraída de la realidad, y me encuentro con el coche de Lola.

- Buenas, buenas...- digo entrando al coche y dejando un beso en su mejilla cuando ya me he atado.

- Buenas, ¿qué tal ayer?

- Buah estuvo increíble, tenéis que ir a verla Cris y tú.

Ayer las más pequeñas del equipo quedamos para ver una obra de teatro que se acaba de estrenar, y la verdad es que hace mucho que no me reía así, y mira que me paso el día de risas. La obra es una comedia impresionante, y los actores y actrices son unos máquinas, de verdad no sé como hacen para aprenderse todo el texto.

Llegamos al restaurante, y Cris ya nos está esperando en la puerta, así que la saludo con un abrazo para luego entrar y encontrar nuestra mesa. Mientras esperamos a que alguna de las camareras nos atienda, nos sacamos algunas fotos para el Instagram, como hacemos siempre. A Lola y a mí siempre nos toman el pelo las del equipo con que, si nos va mal como futbolistas siempre podremos dedicarnos a ser influencers.

- Buenas, soy Ana, y seré vuestra camarera el día de hoy. Aquí os dejo las cartas y en un ratito vuelvo.

- Gracias- decimos todas a la vez.

A los diez minutos, o una cosa así, la camarera vuelve a nuestra mesa.

- ¿Ya sabéis que vais a pedir chicas?

- Sí, yo quiero un tartar de atún- dice Lola.

- Yo quiero un tartar de aguacate y salmón.

- Yo tomaré los fetuccini al pesto- digo causando la risa de mis dos acompañantes. Se ríen porque siempre que salimos termino pidiendo pasta, aunque hayan tratado de introducirme en el mundo del tartar no lo han conseguido.

Ana no tarda en volver con nuestros pedidos, y he de decir que todo estaba extremadamente bueno. Cuando terminamos de comer nos quedamos un poco de sobremesa, y, como siempre que nos juntamos las tres, es decir, casi todos los días, nos ponemos a grabar algunos Tik Tok.

Después de estar un par de horas en el restaurante decidimos que es momento de pagar y marcharnos. Justo cuando estamos pagando noto a Ana un poco nerviosa, como si quisiera decirnos algo, así que me alejo un poco de Cris y de Lola y me acerco a la camarera.

- Oye, ¿estás bien? – pregunto poniendo mi mano en su brazo.

- ¿Eh? Sí, es que... jo, que vergüenza- dice poniéndose roja- verás es que sigo el futbol femenino hace un par de años y en este momento estoy un poco modo fangirl- termina de hablar rascándose la nuca.

- ¿Por qué no lo has dicho antes mujer?

- No quería molestaros, además estoy trabajando, tengo que dar una imagen.

- Hagamos lo siguiente, ¿tienes algo que hacer el lunes por la tarde?

- No, justamente es mi día libre.

- Pues ya tienes plan, te vienes a vernos jugar, que nos toca en casa.

- Pero no tengo entradas- dice algo decaída.