N/A: Buenas!!! Por aquí os dejo el One Shot semanal de Mapi, esta vez es la segunda parte del One Shot de la semana pasada, así que espero que lo disfrutéis. Os leo en comentarios, Besos!!!
Entro al vestuario casi hiperventilando, joder, me está dando un ataque de ansiedad, justo en el peor momento. Escucho como la puerta se abre, pero no me muevo, estoy sentada en el suelo con la espalda pegada a la pared, las rodillas contra el pecho y la cabeza escondida entre estas.
Alguien se sienta a mi lado, y sin mirar ya sé quién es, su olor inunda todo el vestuario y, aunque me joda, solo con sentirla cerca me voy calmando. Es curioso como la persona que ha causado que esté así, sea la misma que consigue que me calme.
- ¿Estás mejor rubia? – me pregunta Sheila con voz muy suave, casi como si tuviera miedo de espantarme y que volviera a salir corriendo.
- Lo siento por la escena- digo en un hilo de voz.
- No te preocupes, ¿te puedo confesar algo?
- Claro- respondo algo sorprendida por su pregunta.
- Cuando te he visto entrar por la puerta de la sala casi soy yo la que sale corriendo.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué has salido tu corriendo?
Por primera vez desde que ha llegado, levanto la cabeza de entre mis rodillas y la miro, no me había dado cuenta de que estábamos tan cerca, aunque sinceramente tampoco me importa.
- Touché- digo entendiendo que ella está igual de atacada que yo por esta situación.
Pasan cinco minutos en los que no decimos nada, pero luego nos miramos y las dos rompemos a reír.
- Echaba de menos esto- confiesa tan bajo que casi ni lo oigo.
- ¿El qué? – pregunto sin saber a qué se refiere.
- El poder reírme sin importar el momento y lo que esté pasando. Eso solo me sale cuando estoy contigo.
- Sheila yo... lo siento, por como me comporte hace dos años. Fui una autentica capulla contigo.
- Yo tampoco me porte bien contigo, creo que a ambas nos quedó grande la situación.
- Siempre has sido la más lista de las dos- confieso por primera vez un pensamiento que lleva años rondando en mi cabeza.
- No digas tonterías, si hubiera sido más lista no hubiera dejada que las cosas entre tú y yo acabasen.
- ¿Qué quieres decir? – pregunto no muy segura de hacia donde va esta conversación.
- Que nunca he dejado de sentir cosas por ti, que he seguido todos y cada uno de tus partidos durante este tiempo celebrando tus victorias como si fuesen las mías propias, que hasta me cree una perfil de insta falso para que no te dieras cuenta de que te seguía.
Yo me empiezo a reír como una loca cuando la escucho, hacía mucho que no me reía así.
- Oye, pero no te rías- me pide ella también riéndose- que te lo digo totalmente en serio.
Antes de responderla me levanto del suelo y voy hacia mi taquilla, saco mi mochila y cojo de esta mi teléfono para volver a sentarme en el suelo al lado de ella. Desbloqueo mi móvil y entro en Instagram, enseñándole que yo también me cree un perfil falso para poder seguirla sin que se diera cuenta.
- Somos de lo que no hay eh- me dice chocando su hombro con el mío.
- Oye, ¿qué ha pasado con la clase? – pregunto dándome cuenta de que, si ha salido detrás de mí, ha tenido que dejar al resto del equipo tirado.
- Alexia me dijo que ella se encargaba, sabía que no iba a quedarme quieta cuando te has ido así de la nada.
- Tengo que hablar muy seriamente con Ale, no me puedo creer que supiera que ibas a venir y no me dijera nada.
- ¿Si hubieras sabido que era yo la que venía que hubieras hecho?
- Siendo sincera... probablemente me hubiera inventado alguna escusa para no tener que venir. Creo que el miedo me hubiera paralizado.
- Yo le pedí que no te dijera nada exactamente por eso mismo, te conozco como la palma de mi mano rubia.
- ¿Cómo es que has vuelto? Te hacía todavía en Los Ángeles.
- Ya bueno, estando en Los ángeles me volví a lesionar, otra vez la rodilla, y mi sueño de seguir siendo la primera bailarina de la compañía se fue al garete. Así que en cuanto me recuperé decidí que era hora de volver a casa, hace apenas un mes que he vuelto. Puedo seguir bailando pero ni al nivel ni al ritmo que lo hacía primero. Ahora prácticamente solo puedo dar clases de baile y poco más.
- Lo siento mucho Shei- digo llamándola por el apodo que le había puesto.
- No te preocupes, dicen que hay que mirar el lado el positivo ¿no? Y si no me hubiera lesionado probablemente tú y yo no estaríamos hoy aquí.
- ¿Tú quieres estar aquí conmigo después de todo? – pregunto sorprendida.
- Pues claro.
- Joder, ¿y no estás nerviosa? Porque yo estoy acojonada de tenerte tan cerca otra vez.
- Pues claro que estoy nerviosa, mira- dice tomando mi mano y colocándola sobre su corazón.
Bajo la palma de mi mano empiezo a notar los latidos acelerados de su corazón, está igual de acelerado que el mío, y eso me hace sonreír, ella lo nota e imita mi gesto. Poco a poco vamos acercando nuestros rostros, nuestras respiraciones se vuelven una, estamos a un paso de besarnos pero entonces me echo hacia atrás. Ella me mira, antes de que pueda decir nada hablo yo.
- No me malinterpretes, me muero por besarte, pero no quiero que luego te arrepientas.
- Rubia, mírame- dice levantando mi cara para hacer que la mire directamente a los ojos- No me voy a arrepentir, quiero esto tanto como tú- me asegura acercándose un poco más a mí.
- ¿Estás segura de esto?
- Más que segura- me confirma antes de ser ella la que dé el primer paso y me bese.
Volver a sentir sus labios sobre los míos es indescriptible, es como volver a sentirme en casa, y también es como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiéramos roto. Sus brazos se enrollan en mi cuello y sus manos empiezan a jugar con mi moño, como siempre solía hacer, mientras que yo enrollo mis brazos en su cintura, tratando de retenerla lo más pegada a mí posible.
No sé cuanto tiempo llevamos liándonos, pero nos tenemos que separar cuando escuchamos la puerta abrirse de nuevo y las voces de mis compañeras charlando entre ellas.
- Uy, me parece que estamos interrumpiendo algo – dice Torre que es la primera en entrar.
- No te preocupes- dice Sheila levantándose del suelo- Yo ya me iba, te espero afuera ¿vale? – dice mirándome y sonriendo.
En cuanto Sheila sale por la puerta las chicas se me echan encima gastándome bromas e intentando picarme, normalmente lo conseguirían, pero ahora mismo estoy tan feliz que todo me da igual.
Nos cambiamos entre risas, como todos los días, pero por primera vez soy la primera en salir del vestuario. Busco a Sheila por todos los pasillos pero no la encuentro, ya me estoy poniendo en lo peor cuando, a través de la puerta de cristal de la entrada, la veo sentada en uno de los bancos de enfrente.
- Ya estoy- digo cuando llego hasta donde está ella.
- ¿Te apetece que comamos juntas? – pregunta mientras se levanta.
- Claro.
Ella extiende su mano en mi dirección y yo la tomo sintiendo que este es el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas, un etapa en la que volvemos a estar juntas, dispuestas a enfrentar el futuro como un equipo.
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ONE SHOTS- FUTBOL FEMENINO
FanfictionEste libro se compondrá de pequeñas historias protagonizadas por diferentes futbolistas. Sentiros libres de dejarme en comentarios de quienes queréis que escriba y poco a poco iré concediendo todos vuestros deseos. Espero que lo disfrutéis.