Debe haber algún error. Esto no puede estar pasando. Ella... No puede ser verdad. Miré hacia todos lados, buscando la salida con la mirada. Los chicos a mi lado no comprendían lo que ocurría y yo tampoco.
—Tengo que irme —emití distraídamente y pensativa.
Sin dar explicaciones comencé a caminar, muy apresurada. Creo que ellos me siguieron, pero no lo consideré importante. Debía ir a ese hospital lo más rápido posible. Me escabullí entre el tumulto de invitados que había.
Por encima de la música pude escuchar que alguien me llamaba a gritos. Ignoré esto y continué con mi camino.
Choqué con varias personas y seguí sin pedir disculpas. Comenzaba a sentir que mis ojos se llenaban de lágrimas. No, no, no.
Cuando logré salir de la mansión de Andreik, rápidamente llamé a un taxi y empecé a quitarme el maquillaje con desesperación.
Luego de unos cinco minutos parada esperando un taxi en la entrada de la casa, decidí que no podía esperar más. Inicié un apresurado paso, corriendo llegaría a ese hospital cueste lo que cueste.
Corrí lo más rápido que pude. Para colmo, comenzó a llover. Un auto, al verme corriendo bajo la lluvia, se detuvo y me dió un aventón hasta llegar al hospital y me dejó salir sin pagar antes ya que le expliqué la situación en la cual me encontraba.
Después de todo existe gente buena en el mundo.
Estaba desesperada y lo admito. Somos mejores amigas y primas, claro que me afectaba. No esperaba esa llamada justo esta noche. De hecho, nunca esperé esa llamada.
Una vez más, corrí hacia la recepción del centro médico. Di su nombre y me indicaron a dónde tenía que ir. Mi voz temblaba y mis manos también, no quiero aceptar la realidad.
Discutíamos a veces y siempre lo arreglábamos. Ella es mucho más que mi familia. Laura siempre fue mi confidente. Ella, aunque era débil por ser asmática, fue siempre feliz y tenía un gran corazón. Rara vez la veía llorar. Y cuando eso pasaba, sin decir nada, tan solo la abrazaba con fuerza y le decía que todo estaría bien.
Laura es como una hermana para mí y de ser posible haría cualquier cosa por ella. Ella es la hermana que nunca tuve. No quiero perderla, pero ya lo hice. Sin embargo, aunque pase el tiempo, yo jamás la olvidaré.
A veces pienso que todo lo malo nos pasa.
Pienso lo mismo, conciencia.
La vida para mí siempre ha sido dura ya que mis padres murieron cuando yo era tan solo una niña. Quedé al cuidado de mi tía, de quien no tengo quejas. Todos los días jugaba con mi prima. Así y todo, igual me sentía sola y triste porque en realidad sí lo estaba —y lo estoy—, eso se sentía muy feo para una pequeña de ocho años.
La vida fue difícil porque aunque mi tía me cuidaba y jugaba con mi prima, tenía que valerme por mí misma y no tenía los brazos de una madre delicada que me arropara cuando iba a dormir. Tampoco tuve una madre que me enseñara lo que es vivir ni que me leyera cuentos al caer la noche y me encontrara en mi cama.
Sinceramente, Elice nunca me trató mal, sin embargo, su prioridad era su hija, eso lo entiendo y no la culpo tampoco. Nunca me hizo nada malo por no ser su hija. Ella me quiere mucho.
Cada vez más me acercaba a la sala donde se encontraba mi prima, casi muerta a causa del empeoramiento de su asma.
Escuché el llanto sin consuelo de una mujer. Provenía de la sala donde estaba ubicada Laura. Entré a la amplia habitación.
Habían allí cerca de seis camas con sus respectivos pacientes. A la izquierda, en la última camilla —pegada a la ventana del fondo— se encontraba mi tía, dando gritos y agarrando la mano de su hija. Me acerqué con pánico a donde se hallaban ambas.
Caminé hasta allí para ver a una pálida y rígida Laura junto a una madre herida que se negaba a dejar ir a su querida niña, a su hija, a su vida entera, a su todo.
La vida es injusta, sí.
Al menos algunos tenemos la oportunidad de despedirnos de nuestros seres queridos y hay otros que no. Hay unos que están lejos de los suyos y los aman. Otros existen muy cerca de sus seres queridos y no les dan la atención que merecen para luego estar llorando y además con cargos de conciencia.
Mi tía no dejaba de gritar por su hija muerta. Traté de ser fuerte. Algunas lágrimas se me escaparon, incapaz de contenerme.
***
En aquel momento, al día siguiente del fallecimiento, todos vestimos de negro. El funeral de mi adorada prima se llevaba a cabo. Mi tía estaba realmente destrozada y parecía que jamás se iba a recuperar. Claramente era demasiado difícil para ella.
Todos los familiares y amigos estábamos de luto. Sentí una amarga sensación en mi estómago cuando bajaron el ataúd donde iba mi prima al espacio donde sería su tumba.
Ahí fue cuando los gritos de Elice fueron más altos. Fui testigo de cómo mi tía se volvía loca. Algunos dijeron unas palabras para la madre y en honor a la joven que murió en la noche anterior.
Estaba claro que no debía dejarla sola en ningún momento.
Era día de escuela así que cuando tuve chance —luego de darle a mi tía unos calmantes y dejarla dormida en su dormitorio—, llamé a Axel.
Él me contestó enseguida.
—¿Por qué te fuiste así anoche? ¿Está todo bien? —inquirió con preocupación. Se sentía bien saber que le preocupaba a alguien que no es de la familia.
—Mi prima murió, por eso tuve que irme de la fiesta —expliqué yo, intentando mantener la calma.
—Ara, lo lamento mucho. De verdad que lo siento. Yo no sé que decir para que te sientas mejor —enunció él.
—No hay nada que decir, Axel. Tengo la conciencia limpia sabiendo que no le hice nada malo y que la adoraba, además de que pude despedirme. —Solté un pesado suspiro—. Pero, me siento mal por mi tía. Es posible que ella no lo supere.
—Pobre de ella. Espero que sea un consuelo, aunque no las conozca bien a tu prima que en paz descanse y a tu tía; que al menos la pobre Laura ya descansó y ahora estará en calma —dijo el chico a través de la línea telefónica con un tono suave.
Eso era cierto. Hablamos durante un rato más, quizás para olvidarme un rato de lo ocurrido. Le dije que no podría asistir a la escuela por unos días y yo sinceramente espero que la dirección de la Universidad entiendan mi situación. Si me expulsan de allí, no lo soportaría.
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Bueno, este capítulo estuvo más rápido de lo que pensé. Fue todo realmente triste, impactante e inesperado. No sé que opinan ustedes pero por favor no me maten.
Byeee 🙏💓
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Billonaire [Parte 1 y 2] (Editando)
RomanceUna prestigiosa Universidad para ricos. Un chico y sus cuatro hermanas populares. Una chica ordinaria, sin dinero. Una fiesta de bienvenida y dos amores por venir. Ara Montez, becada en la mejor Universidad de Arte del país, una matrícula que no pu...