Dios mío ya capítulo 20 que rápido, ¿no? Si parece que fue ayer cuando me estaba matando por no dejar de escribir la trilogía y este libro tampoco. Es incluso emocionante. Los amo, a leer <3
AXEL
Ara se veía demasiado feliz. Bueno, es normal si acaba de conocer a mi madre, su escritora favorita. A mis padres y a mis tíos les agradó mucho la chica de los gatos y también bromearon —o tal vez no y quiero creer que no porque así soy yo— sobre la bonita pareja que hacemos.
Si tan sólo supieran lo que pasará...
La chica se puso roja como un tomate en el instante. Se veía linda así. Siempre está linda pero así simplemente se ve hermosa, está a otro nivel y me moría por hacerla mía, independientemente de la apuesta que sí o sí voy a cumplir.
Yo personalmente le mostré toda la mansión a la chica. Casi le da un infarto cuando vió la enorme biblioteca de mamá y se arrepintió de no haber traído con ella su libro favorito para que mi madre lo firmara.
Actualmente era la cena. Todos estábamos reunidos en la gran mesa rectangular y de cristal del comedor. Habían varios platos servidos que abarcaban casi toda la superficie de la mesa. Papá, mamá y yo nos lucimos esta vez. Nosotros fuimos los cocineros. A la próxima le toca a los tíos, si no es así pues no vale.
Sería una verdadera injusticia.
Exactamente.
—Ara, querida, deberías comer más. Sobrará mucha comida y no sé qué hacer con todo eso —habló mi madre con una dulzura que no es característica de ella, rompiendo el silencio.
—Parece que quieres más a tus admiradores que a tus hijos queridos del alma, mamá —señalé, haciéndome el ofendido.
Ara y mis hermanas rieron por lo bajo.
—Por supuesto que adoro a mis admiradores, sin ellos no sería nada, sin embargo, me faltan mis hijos y me muero —mencionó mi madre con dramatismo.
—Mejor cenamos antes de ponernos sentimentales con la invitada aquí —proclamó el tío Derek, padre de Andreik.
—Estoy de acuerdo —soltó la tía Alissa, madre de Dreik.
El silencio se hizo presente después de eso. Nadie habló. Debió ser incómodo para la chica de los gatos aunque podía notar que Ara estaba a punto de estallar de felicidad. Estaba seguro de que esta ha sido una experiencia inolvidable para ella. Esa pobre chica ha sufrido mucho y yo le voy a romper el corazón aún más.
Eres malo, Axelito.
Lo sé. Soy una ofensa a mis padres, las personas más buenas de este mundo. Aunque ellos también tienen sus secretos.
***
La noche cayó más rápido de lo esperado y ya Ara, Dreik, mis hermanas y yo nos hallábamos en la mansión de Andreik. La chica de los gatos fue la primera en irse a su cuarto. Pensé que no se había dormido aún y subí a su habitación. Ni siquiera sabía para qué la necesitaba en estos momentos. Cuando me ví frente a su dormitorio, abrí su puerta silenciosamente con mucho sigilo por si estaba dormida no despertarla.
Tragué en seco. Debía salir, no debía estar allí en esa habitación con ella así. El impulso era demasiado pero algo me impedía moverme.
Aún sostengo la perilla de la puerta con la mano izquierda y apoyé la otra en el marco de la puerta.
Mierda, Ara se ve tan...
¿Perfecta?
Pues sí, además desde esta perspectiva se le ve un cuerpo de diosa hermosa.
De repente la chica de los gatos cambió de posición. Se puso de lado —esta vez podía ver su cara ya que mostraba libremente su cuerpo— y apoyó su cabeza en su brazo derecho.
Había descubierto el oscuro secreto de Ara Montez. Ella duerme sin ropa y yo estoy aquí como todo un pervertido profesional observándola dormir así.
La chica mostraba sus senos, que sin ropa se ven mejores. Tiene una cintura pequeña y perfecta. No era tan pervertido para mirar más hacia abajo.
No engañas a nadie, sí lo eres.
Bueno sí aunque no quiero hacerlo en realidad. No quiero hacerle esto.
Me perdí en su cuerpo. Sentí una almohada que aterrizaba en mi cara. Volví en mí. Ara se había despertado. Mierda. Ella se tapó el cuerpo con la sábana que había a su lado. Horrorizada desvió la mirada por un momento y luego volvió a mirarme. Ay, no.
—¡Eres un maldito pervertido! —exclamó ella, un poco alto pero no lo suficiente para ser escuchada por los demás que se encontraban en el primer piso de la mansión viendo la televisión.
Claramente Ara no deseaba que los demás se enteraran. ¿Eso es una invitación?
—Yo digo que estamos a mano, tú duermes desnuda y yo soy un pervertido —puntualicé. Le sonreí de lado.
—¡Ya deja de mirarme! —ordenó la chica de los gatos, nerviosa por mi presencia.
Parece tan tímida que me provoca más ganas de...
Mejor me controlo.
—¿Qué pasa si no lo hago? —indagué con aires de juguetón.
¿No que te ibas a controlar?
Mi mirada se clavó aún más como una estaca en su cuerpo. Di un paso adelante y cerré la puerta. Me estoy pasando de atrevido, pero esto podría ser divertido.
—¡¿Qué crees que haces?!
Ella se estaba poniendo aún más nerviosa. Adoro esto.
Caminé más hacia ella. La chica me miraba atentamente sin saber cómo reaccionar. Cuando llegué a su posición, me senté en el borde de su cama. Ara tragó saliva.
Mostré una sonrisa maliciosa. Sin previo aviso le planté un beso en los labios. Ella no puso ningún tipo de resistencia cuando retiré la sábana que tapaba su cuerpo.
Mucho tiempo pasó hasta que terminamos. Ni yo me podía creer lo que había sucedido, pero bueno...
Ella se había entregado a mí completamente. Oh, Dios. Eso fue maravilloso. Simplemente maravilloso. Ella es demasiado hermosa. Y no sabía cuánto necesitaba esto hasta que pasó.
Así es la vida, Axelito.
No voy a negar que no esperaba disfrutar tanto esto. Ella, para nunca haber hecho este tipo de cosas, lo hace muy bien. Es sorprendente. Y me encantaría repetirlo.
Pero no puedo hacerlo. No soy para Ara porque después de esta noche le voy a hacer mucho daño. Es malvado y cruel, lo que me convierte en un maldito hijo de puta.
Suspiré pesadamente y me dejé caer en mi cama, muy cansado. Apoyé la cabeza en mi brazo derecho. Miré el techo por un rato con una sonrisa triunfal y maliciosa. Cerré los ojos, pensando en la chica de los gatos y me dormí.
ESTÁS LEYENDO
Billonaire [Parte 1 y 2] (Editando)
RomanceUna prestigiosa Universidad para ricos. Un chico y sus cuatro hermanas populares. Una chica ordinaria, sin dinero. Una fiesta de bienvenida y dos amores por venir. Ara Montez, becada en la mejor Universidad de Arte del país, una matrícula que no pu...