Capítulo 28

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Vaya, vaya, ya casi capítulo 30. Aún no ha pasado casi nada de lo que quiero que pase. Les aviso que esta historia tendrá de 35 a 40 capítulos como máximo. Realmente no me puedo esperar al final (para centrarme más en las otras historias que tengo y quizás para subir otras historias que tal vez escriba). En fin, ya saben que los amo, a leer...

Ya había pasado una semana desde el cumpleaños de Lizt y era nuevamente fin de semana.

Muchísimas personas habían dejado de ir al restaurante. Tendría que cerrarlo temporalmente si esto continuaba. Comprobé que no puedo ser feliz por mucho tiempo. Efectivamente el AMBERY'S PLACE fue cerrado pero no sólo por la pérdida de clientes sino también porque los pocos comensales fieles que quedaban, estaban siendo intoxicados por algo en la comida; ingredientes en mal estado aunque me aseguraba de que todo estuviera bien cocinado y los alimentos eran lavados minuciosamente.

Todo estuvo muy bonito por mucho tiempo, Ara.

Lamentablemente así es mi vida.

Estaba devastada. Había perdido lo único que tenía de mi familia. Andreik intentaba consolarme pero él no lo entendía. Era imposible que lo entendiera desde mi punto de vista.

Sollocé. Mis mejillas estaban empapadas de lágrimas. Miraba el cartel de "CERRADO" que había en ambas puertas de cristal del restaurante, ese cartel había sido colocado por una inspectora malhumorada. El Tigre Traumado está conmigo, siento que quiere ayudarme aunque no sabe exactamente cómo hacerlo.

Miro hacia dentro. Lloro más. ¿Cómo he podido perderlo?

—Lamento todo esto —emitió el chico en un tono preocupado—. No sé qué hacer para ayudarte.

—No puedes ayudarme esta vez, Dreik.

—Por favor, ya no llores más. Odio verte llorar —expresó—. No te tortures más.

—No lo entiendes. Este restaurante es mi vida entera, es todo lo que tengo de mi familia, de mis padres. Lo peor es que lo he perdido y no sé qué hacer —murmuré, una lágrima rodó por mi mejilla.

—Créeme que lo entiendo, Ara.

—¡No, no lo entiendes porque ni siquiera tienes padres biológicos o algo de ellos para recordarlos! —le grité con lágrimas en los ojos.

Después de decirlo fui consciente de lo que le había dicho y peor aún: del efecto que había causado en él. Lo había herido al descargar mi frustración con él.

—Tú tampoco tienes padres, Ara —me recordó, herido.

Se dió la vuelta para marcharse.

—Andreik, yo... No quise decir eso. Perdóname, es que estoy...

—No, Ara, sé perfectamente lo que quisiste decir —y se marchó de una vez.

Ahora también lo perdí a él. Pronuncié su nombre repetidas veces pero nunca volvió. Estuve llorando gran parte de la noche frente al restaurante y me habría quedado ahí de no ser por una vecina —que se llevaba muy bien con mi tía muerta—, que me llevó a dormir en su casa y me dió un poco de ropa de su hija.

Horas después me desperté en la casa de la vecina. Ella me permitió entrar a su baño y me regaló ropa de su hija —que vive en el extranjero— para cambiarme e irme limpia. Me di una ducha matutina, me puse la ropa regalada, desayuné con la vecina y me fui luego de que ella me diera el pésame por todo lo sucedido una vez más.

ANDREIK

—Mañana mismo tengo que irme del país, Axel —informé, sentándome en el sofá frente a él.

Billonaire [Parte 1 y 2] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora