El gran idiota

836 66 10
                                    

Narra Bill:

Habíamos llegado a dónde nos invitó el profesor si que nos sentamos.

-Huele bastante rico para ser sincero.- dijo Gustav.

-Se imaginan que el amor de mi vida cociné así.- dijo Georg.

-Son unos tontos lo sabían.- les dije dándoles un golpe a cada uno

-Deberias de ser como yo hermano, las mujeres se hicieron para disfrutarse.- me dijo mi hermano.

-Pero claramente no somos iguales, yo si quiero algo serio.- le dije rodando los ojos.

-Con esa actitud que tiene en vez de atraerlas las espantas hermano.

-Y más sabiendo como son nuestros padres, sabes que es imposible ser feliz con la persona que nosotros queremos.- dijo Georg.

-Bueno, Tom ya es un caso perdido en tu familia, el jamás ah seguido las reglas, por suerte nuestros padres no son tanto así.- dijo Gustav.

-No quiero hablar más de eso.- les dije cruzandome de brazos.

-Gracias por estar aquí chicos, aquí están sus platos, a un lado tienen una tabla con los nombres y ahí pueden calificarlos, cada plato tendrá el nombre del alumno.- dijo el profesor acercándose

-Bien, entonces estamos listos.- dicho eso comenzaron a venir unos chicos con los platos.

Estuvimos calificando cada uno, muchos sabían bien, otro no tanto, los platos seguían y seguían llegando, pasamos un rato probando hasta que solo nos quedaban 3 nombres por calificar.

-Bien solo faltan 3.- dije mirando la tabla.

-Y justo son 3 chicas.- dijo mi hermano con una gran sonrisa.

Trajeron los 3 platos juntos y uno decía Victoria, Liliana y Elizabeth.

-Bien aquí dice que Elizabeth hizo una pasta pesto.- dijo Georg.

-Yo quiero probarla primero.- dijo Gustav quitándonos el plato.

-Es riquísimos, ponle un 10... Enserio deberían probarla.- dijo comiendo.

-Como quieres que la probemos si ya te la comiste.- le dijo Tom rodando los ojos a lo que nos hizo reir.

-Bien está dice que es de Liliana, ella hizo una pasta de champiñones.- dije tomando el plato.

-Esta bastante bien.- dijo Tom.

-Bromeas esto está muy rico, sin duda me caso con esa tal liliana.- dijo Georg.

-Hay que probar el de Victoria.

-Dice que es de 3 quesos con albóndigas.- dijo Gus leyendo el escrito.

Probamos y los chicos solo se chupaban los dedos de lo rico que estaba y era verdad la pasta estaba exquisita, no lo iba a negar.

-Wow esto es lo mejor que eh probado.- dije de repente.

-¿Estás diciendo que te gusta?.- me dijeron los 3 al mismo tiempo.

-Sii es increíble.- les dije y en eso entra el profesor.

-Pasare a los jóvenes para que les den sus puntos de vista.- dijo el profesor y comenzaron a entrar y como era de esperarse las chicas comenzaron a gritar por vernos.

Narra Victoria:

-¿Escucharon el relajo?.- le pregunté mis amigas, pero en eso entra el profesor.

-Solo faltan ustedes chicas pasen.- dijo y sentimos y comenzamos a caminar, pero cuando mire a ver de quienes se trataban.

-Dios mío por qué otra vez tu.- me dije a mi mentalmente, pero el pareció leer mi mente.

-Otra vez tu, enserio?.- me dijo ese chico de pelos locos.

-A mi tampoco me alegra verte descuida.- le dije rodando los ojos.

-Me parece que ustedes son Liliana, Elizabeth y Victoria.- nos dijo un chico de rastas y gorra.

-¿Quien es Liliana?.- pregunto un chico de cabello lacio.

-Yo.- dijo mi amiga dando un paso al frente.

-Tu comida sabe muy bien, me gusta.- le dijo el chico pero fue interrumpido por uno rubio de cachucha.

-Tanto así que se casaría contigo.- le dijo este pero el de pelo lacio golpeó al otro.

-Bien, ¿quien de las dos es Elizabeth?.- preguntó este mismo chico.

Y en eso mi amiga da un paso al frente.

-Tu pasta era deliciosa.

-Tanto que ni siquiera nos dejó probar.- dijo el de rastas cruzando de brazos.

-Cállate.- contra atacó el rubio.

-Y me imagino que tú eres Victoria.- dijo el chico de rastas así que asentí.

-Bueno tienes talento para cocinar.

-Gracias.

-No te emociones a mi ni siquiera me gustó.- me dijo ese chico tan molesto.

-¿Pero por qué dices eso Bill?, dijiste que te gustaba.- le dijo el chico rubio a lo que rápido mire a ese tal Bill que se puso más pálido de lo que estaba.

-¿Ahora mientes por convivir?.- le pregunté mientras caminaba hacia el, a lo que el se levantó.

-¿Te importa?.- me dijo alzando una ceja.

-¿Por que eres tan idiota?- le pregunté.

-Y tu eres una mojigata.- me dijo y entonces no se en que momento mi mano se estampó en su cara, haciendo que todos se quedarán sorprendidos.

-Eres un gran idiota.- le dije y jale a mis amigas para salir de ahí.

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora