Volvamos a se felices

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Narra Víctoria:

Me encontraba sentada esperando a Bill, tenía los nervios a flor de piel cuando lo veo acercarse.

-Bill.- dije parándome de mi asiento.

El solo me miraba y miraba todo el lugar.

-¿Te gusta?, te recuerda a cuando me organizaste una cena para mí.- le dije mirándolo.

-Si, aún no lo olvido me dijo mirándome.

-¿Dejaste de amarme?.- le pregunté y el agachó la cabeza.

-Yo te amo bill.- le dije y el me miró sorprendido.

-Yo no deje de amarte, no quiero olvidarte.- le dije acercándome.

-No debería estar aquí.- me dijo y se dió la vuelta.

-Se que estamos perdidos, pero ya nos encontramos, date la vuelta Bill.-le dije y entonces las lágrimas salieron.

-No quiero irme Victoria, estoy perdido en mi camino obscuro si no estás tu.- me dijo tomando mi cara entre sus manos.

-Perdón si renuncie al amor que sentía por ti, pero ya estoy cansada de siempre complacer a los demás.- le dije mirándolo mientras más lágrimas salían de mis ojos.

-Me gustas, me gusta desde la primera vez que te mire Bill, me gustas por un millón de cosas y jamás cambiaría nada de ti.- le dije.

-¿Lucharas conmigo por lo que sentimos?.- me preguntó.

-Con tal de encontrar la felicidad soy capaz de todo.

-Molestame como la primera vez que nos conocimos.- le dije mientras le arrojaba arena a la ropa y el me sonrió.

-Niña tonta, ¿Por qué haces eso?.- me dijo persiguiendome.

-Ahora ya no eres un estúpido erizó, ahora eres un gallina.- le dije mirándolo mientras una gran sonrisa podía salir de mi cara.

-No sabes con quién te metes.- me dijo parándose enfrente de mi.

-Claro que si.- le dije.

-Dime con quién entonces.

-Con un gran idiota pero al que más amo.- le dije tomándolo del cuello de su camisa y jalando un poco para que quedara a mi altura y lo bese.

-Me haces sentir vivo, desde que te conocí supe que tú eras la indicada al enseñarme que el mundo no gira alrededor de mi.- me dijo.

-Pero te digo una cosa, mi mundo si gira alredor de ti.- me dijo y una lágrima salió de sus ojos.

-No quiero alejarme de ti a menos que tu me lo pidas.- le dije.

Nos sentamos a cenar mientras las miradas hablaban por nosotros, está noche era increíble y no cambiaría nada de eso..

Una vez que terminamos nos sentamos en la arena.

-Se que eh cometido muchos errores y te eh lastimado, pero prometo defender lo nuestro en el nombre del amor.- me dijo tomando mi mano.

-Y yo prometo jamás soltarte, jamás irme de tu lado.- le dije.

-¿Estas feliz?.- me preguntó.

-Inmensamente feliz.- me dije mirando las estrellas.

-El día de hoy las estrellas te deben tener envidia.- me dijo mirando al cielo.

-¿Por qué?.- pregunté

-Por que hoy brillas más que ellas.- me dijo y ahí fue cuando las mariposas comenzaban a revivir dentro de mi.

-¿Y que harás con ella?.- le pregunté.

-Voy a cancelar ese compromiso.- me dijo sin más.

-Recuerdas la vez que te pusiste celoso por mi mejor amigo.- le dije recordando la vez que me pidio que durmieramos juntos.

-Si.- me dijo.

-Ahora yo lo estoy, pero puedes solucionarlo con una cosa.- me dije con una sonrisa malévola.

-Dime.

-Quiero que duermas conmigo.- le dije.

-Nada de cosas sucias, me conservo para el matrimonio.- me dijo tapándose el pecho y cruzando más piernas.

-No seas tonto, ¿Aceptas?.- le dije tomando sus manos.

-Solo si me besas.- me dijo.

-No.- le respondí.

-Entonces no.

-Mentira, lo haré con tal de que no te alejes de mi.- le dije y nos besamos, un beso deseado y duradero, este día era el mejor de mi vida realmente me sentía viva, mi corazón vivía de nuevo y todo gracias a él, el me salvó y estaré eternamente agradecida por todo lo que hace por mi.....

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora