Una semana

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Narra Bill:

Una semana había pasado desde que no sabíamos nada de Victoria, me encontraba bastante herido, me sentía vacío, molesto y decepcionado.

¿Cómo pudo irse sin decir nada?, sus palabras fueron toda una farsa por eso le costaba tanto decir que me amaba por qué realmente no sentía nada por mi.

-Bill.- me dijo Tom.

-¿Que necesitan?.- respondí tajantemente.

-Deja de comportarte como un niño estúpido, hay que seguir buscando a Víctoria.- me dijo Tom.

-Aun faltan lugares por buscar bill.- dijo Georg.

-Nadie va a buscar a nadie ya, no vamos a estar detrás de ella.- les dije mirando a un punto fijo.

-¿Estas bromeando no?.- me dijo Gustav.

-No, quiero que se olviden que ella existió en nuestro grupo, decidió largarse sin decir nada pues que le vaya bien.- dije.

-No comiences con estupideces Bill, si Victoria se fue a lo mejor tu tienes la culpa por tus actitudes estúpidas.- dijo Tom

-Si no quieres ayudar entonces lo haremos nosotros.- me dijo Georg.

Narra Tom:

Cómo podía tomar esa actitud, a veces Bill es un idiota, yo no sé cómo Victoria lo aguanta.

Estábamos a mitad de semana, seguíamos sin saber nada de Victoria, Liliana y Elizabeth eran las 2das afectadas en todo eso ya que la 1er persona era mi hermano, Bill se la pasaba recorriendo la universidad con cara de molestia, evitaba todo saludo de las chicas.

Estábamos todos reunidos en las escaleras cuando vemos que Bill baja sin prestarnos atención y en eso vemos que se acerca una chica con un pastel.

-Bill, se rumorea en la escuela que eres un chico soltero y que la odiosa de Victoria ya no está.- le dijo la chica.

-No hables así de ella.- le dijo mi hermano muy tranquilo.

-Bueno, lo que pasa es que quería que salieras a una cita conmigo, te traje este pastel.- le dijo extendiendo el pastel y recordé la vez en que conocimos a Víctoria y Bill termino embarrado de pastel.

Tomo el pastel y lo miro, parecía que el también la recordó y sonrió, la chica también lo hizo pero cuando Bill miro al frente estampó el pastel en la cara de esa chica y se fue.

-Creo que Bill si está muy afectado, debemos encontrarla lo más rápido que se pueda y traerla aquí.- dijo Georg.

Narra Bill:

Era de noche y me encontraba en el hotel donde vine con Victoria el día que fue mi cumpleaños, dónde le hice la cena y le pedí que fuera mi novia, tantos recuerdos me agobiaban yo ya no era el mismo algo dentro de mi se volvía a sentir como cuando era niño.

Ahora sí ni Tom ponía ayudarme, solo ella podía hacerlo pero no estaba, me encontraba recargado en el barandal cuando veo al tipo que nos perseguía el día que arroje los zapatos de Victoria.

Me quite los zapatos y se los arroje haciendo que cayeran a sus pies a lo cual rápidamente miro a mi dirección y me apunto para después correr adentro.

Camine a dónde se suponía que vendría y de la nada comienzo a llorar al recordar a Victoria, cuando corrimos para escondernos.

Cuando di la vuelta mire al hombre muy molesto.

-¿Por qué arrojas tus zapatos hacia mi?.- me preguntó molesto.

-Eso solía hacerlo con ella.- dije mirándolo.

-¿Ah qué te refieres?, ¿Quien es ella? Y ¿Por qué lloras?.

-El día que arrojamos los tacones a su carro, el día que ella me enseñó a ser feliz.

-Lloro por qué la necesito conmigo.- le dije agarrando fuertemente la camisa del hombre.

-¿Y por qué no vas con ella?.- me dijo.

-Por que ella se fue sin decirme nada, se olvidó de mi.- le dije derrumbándome en el suelo.

-Todo estará bien muchacho, no siempre pasa lo que uno piensa, mi recomendación es que la busques y si no, esperarla...

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora