Sedados

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Narra Víctoria:

En cuanto llegamos me fui a la playa, si ya me habían traído a la fuerza mínimo quería disfrutar.

Camine por la playa dejando que la arena se metiera entre mis dedos a cada paso que daba.

-Victoria.- me grito la voz de Elionor así que me detuve.

-Si viniste.- me dijo dándome un abrazo.

-Si, aquí estoy.

-Perdón si soy una mala amiga.- me dijo y comenzó a llorar.

-¿Por qué dices eso?.- le pregunté confundida.

-Yo se que la persona que ama Bill eres tú, yo sé que solo te quiere a ti, pero no quiero dejarlo ir sin antes luchar y no pienso detenerme.

-Ya veo.- fue lo único que dije.

-¿No piensas decir otra cosa?.- me dijo mirándome

-Solo hazlo feliz, solo tu puedes hacerlo por mi.- le dije y me fui, mientras más caminaba más recuerdos se me venían a la mente, como lo era la vez que Bill y yo fuimos al spa, la vez que ayudamos al niño, todo me traía recuerdos.

-Victoria...¿Estás bien?.- me preguntó Tom llegando a mi lado.

Me quedé callada deseando que las lágrimas que comenzaban acumularse en mis ojos no salieran pero era imposible.

-No puedo Tom, yo amo mucho a Bill, no puedo permitir que me abandone pero debo renunciar a el por su felicidad.

-¿Quieres verlo?.- me preguntó y yo negué.

-Me lastimo con lo último que dijo y no creo poder verlo sin sentir que lo odio por tratarme así.- le dije mientras me limpiaba mis lágrimas.

-Pero Víctoria, no es bueno reprimir tus sentimientos, te haces daño a ti mismas.

-Exacto, me hago daño yo misma pero no a los demás...

Específicamente hoy era la boda de Bill ya teníamos todas el vestido y estábamos arregladas pero antes Elionor me pidió que fuera a su habitación, así que fui.

-Hola, ¿Pasa algo?.- le pregunté mientras levantaba mi vestido para caminar.

-Perdón por lo que voy hacer pero siempre serás mi amiga.- me dijo y yo la mire confundida y entonces ya no ví ni escuché nada...

Narra Bill:

Ayer tuve una plática con Elionor y le dije que no la amaba, que no sentia nada de amor por ella pero ella siguió con el mismo punto de que quería casarse aún sabiendo que no la quiero.

Hoy era el día de la boda, ya estaba listo y me sentía muy nervioso, cuando se me hacerca Tom.

-Espero que nada salga mal.- me dijo

-Espero lo mismo enserio.- me conteste asustado.

Habia llegado la maldita hora así que tuve que ir al altar, me pare y espere mientras rezaba que algo pasara

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Habia llegado la maldita hora así que tuve que ir al altar, me pare y espere mientras rezaba que algo pasara.

Narrador:

Bill estaba nervioso, su cara lo decía todo, el solo podía observar a sus amigos y hermano con mucho miedo, las amigas de Victoria hicieron acto de presencia pero falta ella, rápidamente los chicos se percataron de que no estaba pero ya no pudieron hacer nada pues la boda ya había comenzado.

-Estamos aquí reunidos para unir a esta pareja en santo matrimonio.- dijo el padre.

La misa comenzó avanzar pero aún no había rastro de ella, estaban apunto de llegar al plan cuando todos se miran entre si dándose la señal de que era el momento.

-Si hay alguien que se oponga a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre.- dijo el padre y cuando los chicos iban a decir algo Elionor los interrumpe.

-Yo me opongo.... No quiero casarme con bill.- dijo y entonces todos la miraron sorprendidos.

-No te amo Bill, no eres para mí y jamás lo serás.- volvió a decir...

-¿Es una broma verdad?.- dijeron los padres de Elionor.

-¿Hay alguien más que se oponga al matrimonio?.

-Yo

-Yo

-Yo.- comenzaron a decir los chicos.

La madre de Bill salió muy molesta de la iglesia al igual que los padres de Elionor.

-Muchas gracias enserio.- me dijeron Liliana y Elizabeth a Elionor.

-No tienen que agradecer, se que Bill jamás se fijará en mi por qué su corazón ya tiene dueña.

-Exacto ahora ¿alguien sabe dónde está?.- preguntó Bill.

-Esto está fuera del plan pero no queda de otra.- dijo Gustav.

-¿Ah qué te refieres?.- me preguntó Bill.

-Perdoname Dios mío, pero alguien tiene que darles un empujón a estos dos.- volvió a decir alzando las manos al cielo.

-Deja de exagerar y hazlo ya.- me dijo Georg.

-¿Hacer que?.- volvió a preguntar Bill.

-Te queremos.- fue lo último que dijeron todos al ponerle el paño en la nariz a Bill, haciendo que quedará dormido.

Una vez que Bill estuvo sedado lo subieron a un barco en el que estaba Victoria igualmente dormida por lo que le hicieron...

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora