Especial: Vino

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⚠︎ ¡Advertencias! ⚠︎

¡Escena +18!.

¡Tortura física!.

¡Daño emocional/psicológico de personaje!.

¡Dominatrix!.

¡Especial canon!

(Desde ahora pondré más advertencias ;-; )

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Inició como una mañana tranquila y agradable en la mansión Edevane, sin embargo, después de que finalizará la la animada fiesta de té, el amanecer tranquilo se esfumó acompañado por unos pasos firmes que caminaban con rapidez por los pasillos, el fino y delicado rostro de Alicia se deformaba por la indignación y la ira. Cada sirviente que se encontraba por accidente con la noble, se daba cuenta de su notable mal humor y terminaba por retroceder en sus propios pasos.

Fue así hasta que la albina llegó a su habitación, en donde la esperaban dos mujeres vestidas con trajes de mucama, la primera de ellas; Aria, tenía el cabello color nilo suelto hasta la cintura, sus ojos color miel reflejaban un nerviosismo que trataba con todas sus fuerzas de ocultar, la segunda de de ellas de nombre Mari reflejaba todo lo contrario, su hermoso cabello rubio cenizo era recogido por una larga trenza, la cual descansaba en su hombro derecho, sus extraños ojos carmín mostraban indiferencia y tranquilidad, esto acompañado por su inexpresivo rostro le daban un aura de misterio, se trataba de sus sirvientas más confiables, ambas comenzaron por ayudar a su maestra a cambiar su vestido por un conjunto más cómodo.

— ¿¡Quién se cree esa maldita de Yamaiko?! — gritó con desprecio — ¡Incluso cuando trate de ayudarla!

— Si..., Sin duda despreciable, señorita — concordó la rubia, subiendo por el cuerpo de su maestra un camisón totalmente blanco con pequeñas decoraciones rosadas en los bordes finales.

— ¡¡Lo sé, además se atrevió a amenazarme !! — chilló — ¡Aria!

La sirvienta de cabellos verdes se tensó al ser nombrada — ¿S-si? ¿Señorita?...

— Mari me informó sobre el intento de escape de tu tonto hermano... — comentó de manera repentina.

La oji miel bajo la mirada, su compañera en cambio continúo con sus deberes ajena a la conversación.

— Y-yo... ¡Lo siento tanto! — se disculpó haciendo una reverencia profunda — ¡Lo detuve a tiempo! ¡Por favor, perdonenos!

La mucama de cabellos largos no pudo evitar temblar visiblemente, su hermano... Zeth, había intentado huir de la mansión Edevane, si no fuera por una noble de ojos amenazantes... Probablemente hubiera sido descubierto por aquel guardia que custodiaba la entrada y...  Seguramente ella no estaría parada donde está, después de todo, era su responsabilidad cuidar de su hermano.

— No estoy enojada, Aria... — hizo una pausa — No contigo.

La oji miel abrió los ojos con temor a esas palabras.

— Aún estoy de mal humor, pero también seré amable con tu hermano y lo perdonaré..., Así que búscalo y tráelo aquí — la noble miró de reojo a la mucama, quién parecía hacerse adherido al suelo, sin embargo después de algunos segundos se dirigió hacia la puerta.

— C-como ordene, señorita — una reverencia más y salió lentamente de la habitación.

— Ahh... — Alicia soltó un bostezo — ¿Acaso no soy muy piadosa?... — sonrió, preguntándole a la única sirvienta que quedaba a su lado.

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora