Especial: Cereza

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Advertencias:
• Escenas +18
• Yamaiko & Cassian
• Dominatrix
• Especial NO canon, (no afecta en nada el camino de la historia original).

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Cassian había pasado varias situaciones difíciles en su vida, el entrenamiento de un caballero es difícil, sin embargo se había enfrentado a pocos escenarios vergonzosos... Sin duda el actual era más complicado.

Yamaiko tomaba su cintura con firmeza, sus extraños ojos violeta parecían querer devorarlo vivo, su cuerpo se estremeció levemente.

La noble lo beso y el pelinaranja saboreó sus dulces labios, eran adictivos, fue solo un minuto e inmediatamente después se separaron, la noble tenía una sonrisa en su rostro.

—Arrodillate — ordenó.

Las rodillas del caballero reaccionaron solas a la orden, cuando menos se lo esperó ya se encontraba de rodillas frente a la rubia.

—¿Quién diría que cuando nos conocimos eras tan necio?. — se burló — Ahora mírate.

Yamaiko alzó uno de sus pies y con el rozo la entrepierna del pelinaranja.

—¡Nmah! — Cassian emitió un ruido. — E-espera...

—¿Que debo esperar?. — Sonrió — ¿Acaso estás nervioso?.

Cassian desvió la mirada, por supuesto que estaba nervioso, quería estar con Yamaiko pero... Tenía sentimientos que no quería relacionar.

La noble miró la indecisión de su caballero. —Tengo una exelente idea, ¿Quieres escucharla?.

El pelinaranja asintió, entonces miró la sonrisa de su ama florecer aún más. — Quítate la camisa.

Ante la orden de la noble Cassian desabrochó su camisa lentamente, su señorita quería jugar y si ella era lo suficiente paciente entonces el estaría dispuesto a complacerla, después de todo la lealtad es primero.

Cassian se puso de pie y reveló su piel expuesta, no podía evitar sonrojarse ante la mirada tan insistente de Yamaiko, de repente ella acarició su abdomen, sus delicadas manos tocaron sus pechos haciéndolo estremecer, la lengua de Yamaiko succionaba sus pezones, su cuerpo se calentó de golpe y se estremecía con cada movimiento de lengua, retrocediendo por la habitación terminaron cayendo sobre la cama.

—Veo que no eres de los que se quedan quietos. — comentó la noble, de su vestido retiró el listón de su cintura, una larga y fina tela. —Podemos solucionarlo.

—¿L-lady Egón?.. — si era sincero diría que odiaba ser atado, en sus años de entrenamiento era atado recurrentemente.

—Shhh... — Yamaiko comenzó a pasar el listón por los brazos del caballero. —Quieto.

Cassian cerró levemente los ojos, obedeció hasta que la noble terminó su obra maestra, el listón color violeta cruzaba por su cintura hasta enredarse con sus muñecas y abdomen, sus brazos estaban sujetos a su espalda, no podía moverse.

—Perfecto. — La noble lo admiró por un momento, Cassian tenía su cabello pegado a su frente, respiraba con dificultad mientras estaba indefenso, se contraía de vez en cuando contra las sábanas. —¿Cassian, serás un buen niño para mí?.

Un escalofrío recorrió al caballero, sus mejillas se sonrojaron, el... No era un niño, en realidad era mayor incluso que Yamaiko, aún así no entendía cómo esa sola palabra pudo hacerlo sentir tan exitado.

—S-seré bueno, mi lady... — estaba algo avergonzado de decirlo.

La noble sonrió. —¿Eso te agrada, eh?. — la rubia paso su mano sobre la entrepierna de Cassian, el caballero soltó un gemido, sin embargo no podía hacer nada más que estremecerse. —Quiero saber más sobre ti.

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora