Capítulo XIX

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Alicia caminaba con dificultad en el camino de rocas y tierra, se sentía exhausta... La noche aún estaba presente y se preguntaba cuánto tiempo más tendría que caminar, miró de reojo al chico a un lado de ella.

—¿Cuánto falta para llegar al centro?—Preguntó con obvio cansancio.

—Nos tomará tres horas más llegar, mi lady — Ciro miró el disgusto de Alicia.

"¿¡Tres horas?!"  Pensó con fastidió.

—Ngh.. — Soltó un quejido, miró abajo y sintió un agudo dolor en su tobillo, debió lastimarse mientras huia de aquel ladrón.

Ciro sonrió en sus adentros pero fingió preocuparse. —¿Se encuentra bien, señorita? ¡Oh! ¿Se ha lastimado?

La albina borro su expresión de fastidio y la remplazo por una de pesar.

—Si.. lo lamento, pero no puedo continuar caminando...

—Es peligroso quedarse quietos — dijo el ojigris — Perdone mi atrevimiento.

Ciro se arrodilló en el suelo y ofreció su espalda a la marquesa. —Puedo llevarla en mi espalda si no le molesta.

Alicia sonrió levemente, es justo lo que quería.

—Es muy amable de tu parte, espero no ser muy pesada —Fingió una voz suave y dulce, finalmente se dejó caer sobre la espalda del joven.

El ojo gris se levantó, cargando a la noble por el camino rocoso, se sintió irritado al tener que hacerlo pero necesitaba construir una fachada y que Alicia le creyera.

Por otro lado la albina estaba aliviada por no tener que seguir caminando por ese horrible camino, su estatus seguía dándole beneficios, miró al chico mientras avanzaban, se acercó sutilmente y olió su cuello, Ciro fingió no darse cuenta, Alicia sonrió en sus adentros, este chico misterioso estaba llamando su atención..., tal vez podría jugar con el también.

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Los nobles aplaudían a los prometidos mientras estos bailaban, algunos conversaban animadamente y la música era del agrado de todos, el festejo apenas había iniciado y Yamaiko ya había rechazado a varios nobles que intentaba acercarse a ella.

Soltó un suspiro cansado, miró de lejos a Cassian... se entraban en un balcón alejado de la multitud... parecía aburrido, eso la hizo recordar su primer encuentro... no fue el mejor, sin embargo tenía que saber que todo estaba en orden así que camino hacia su dirrección.

—¿señorita? — preguntó Luke.

Se detuvo para ver al azabache—Enseguida vuelvo. — respondió para después continuar con su camino.

Luke intentó seguirla de cerca pero una mujer de apariencia voluptuosa se interpuso en su camino.

— Mi nombre es Aurora — la mujer sonrió — ¿Puedo saber tu nombre?.

—Huh.. yo...

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Yamaiko camino hacia el pelinaranja, el se dió cuenta de su presencia de inmediato.

—¿No debería estar disfrutando el baile? —Preguntó.

—Lo mismo digo — Yamaiko sonrió —¿Ciro, es el nombre del siervo que enviaste?

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora