Capitulo XXVI

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-A-ama... - Luke estaba de rodillas y sentía su cuerpo entumecido.

"¡No, por.. p-por favor!"

Miró a su señorita con esperanza pero... Ella solo permaneció dándole la espalda, Luke nunca espero ser perdonado por lo que le hizo a Yiara, pero se equivocó... A pesar de todo su ama estaba dispuesta a darle otra oportunidad, sin embargo al perder el control y atacar a Ukaru provocó que todo desembocará en esta situación que parecía sin retorno.

Lo había arruinado.

Un sentimiento de culpa se albergó en su pecho, su estómago dió un vuelco y las lágrimas cayeron en el suelo de madera debajo de él, si era liberado de esta manera... Volvería a los esclavistas en cuestión de tiempo.

Esto no era libertad, no era ser liberado... En lugar de eso fue expulsado y eso solo significa una cosa... Volver a empezar cómo esclavo.

Cuando las consecuencias lo atravesaron, la realidad también lo hizo, el había lastimado a quién consideraba su hermano pequeño, había sacrificado mucho por ellos pero al final terminó dejándose llevar por su odio, aquel sentimiento dañino que le dió valor también lo envenenó.

Luke bajo la mirada -... Usted tiene razón.

Yamaiko se giró, volteando a ver a su esclavo de reojo.

-Tiene razón en estar decepcionada de mí... - el oji lavanda unió las puntas de sus manos en el suelo y luego se inclinó juntando su frente. -Me equivoqué... Acepto el castigo que mi ama este dispuesta a darme... Pero.. ¿Por favor, podría ver a mi hermano Ukaru por última vez?...

La condesa lo miraba fijamente, sus amenazantes ojos lo hacían temblar visiblemente. -¿Por qué tendría que permitirlo?.

Luke se encogió en su lugar, permaneció inclinado, su oscuro cabello cubría casi todo su rostro. -Se que no merezco pedirle nada, pero... -La voz del esclavo se quebró. -¡P-por.. favor! ¡Quiero d-disculparme con él!.. ¡Haré lo que sea! ¡Se lo suplico.. a-ama!..

Las lágrimas no dejaban de rodar por sus mejillas, un nudo se formó en su garganta impidiéndole hablar más, era difícil... Pero, volver a los esclavistas ya no era importante... Tener un nuevo amo ya no lo asustaba, ahora... Lo único que deseaba era pedirle perdón a su hermano, la idea de ganar su desprecio lo torturaba, no tenía a nadie más que a su familia, todo lo demás... Era insípido.

Había perdido todo por su rencor, por su desconfianza... Por odio.

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-La asesina enmascarada confesó días atrás, según sus declaraciones... Señala como principal culpable a la baronesa Adelaide y para reafirmar sus palabras dice tener una testigo, una persona cercana que está dispuesta a confesar. - el caballero arrodillado alza un poco la vista, se cruza con una mirada fría que lo hace volver a bajar la cabeza. -La capitana está en camino a visitar a la baronesa, quiere hacer varias preguntas y por supuesto hablar con la persona que es testigo, al mismo tiempo hay caballeros vigilando la mansión Egón e interceptado cartas de la señorita Alicia.

-Quiero que esto se termine rápidamente - El principe se recargó en su asiento -Prometí hacerme cargo, mi reputación está en juego, más le vale a Hawise encontrar al culpable.

-La capitana encontrará al quién merece ser colgado, no se preocupe su majestad. - el hombre se levantó e hizo una reverencia. -Con su permiso, debo volver a mi puesto.

—Por supuesto, pero antes dime si ya capturaron al asaltante de Lady Alicia. — Miró hombre frente a él, su silencio lo decía todo.

—Se cree que fueron asaltantes comunes, sin embargo hay más guardias en los caminos recurrentes, hay varios sospechosos pero ninguno ha confesado algo importante. — el hombre escucho un chasquido, con esto se marchó rápidamente sin decir nada más.

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora