Capítulo XVI

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Las calles de la catedral eran un desastre..., varias multitudes se amontonaban en las entradas de las boutique más ilustres, los días para el baile de compromiso estaban contados y la mayoría de nobles deseaba destacar por encima de demás, una carroza de aspecto elegante avanzaba con dificultad hasta finalmente detenerse enfrente de la mansión Egón

Del carruaje bajó un hombre de cabellos plateados, de manera rápida caminó hacia la entrada de la gran casa, tocó varias veces la puerta y después de unos segundos una mujer castaña lo recibió.

—Buenos días señorita, mi nombre es Grey Aldous Wallace, Lady Egón agendo una cita conmigo — el hombre se inclinó ligeramente.

—¡Oh, lo estábamos esperando! — expresó con emoción — Por favor, pase.

Yiara abrió la puerta permitiendo al oji dorado entrar.

En el interior de la mansión se podían apreciar varios cambios sin embargo nada significativo, para Grey la vivienda permanencia casi igual a como la recordaba, en silencio seguía a la sirvienta hasta el fondo de varios pasillos hasta llegar a una gran habitación, antes de entrar la mucama golpeó la puerta.

—Señorita Yamaiko, el modista se encuentra aquí — notifico Yiara.

—Pueden pasar — se escuchó como respuesta.

La castaña abrió las puertas dejando pasar a Grey, dentro de la habitación se encontraba Yamaiko y a su lado estaban reunidos todos sus esclavos, el modista apreció discretamente la colección de esclavos para nada comunes que la noble adquiero.

Rentaron se encontraba atrás de su señorita al contrario de sus hermanos quienes estaban a su lado, Kei sostenía la mano de Yamaiko con felicidad, mientras tanto algo distante a ellos se encontraba Lui.

—Grey, apreció que haya decidido venir tan pronto —agradeció la noble.

—En cuánto su carta me llegó no dude en venir a verla señorita. — sonrisa se deslizó por sus labios.

— Seré directa, se que debe tener muchos clientes esperándolo, quiero que hagas un buen vestido para mí... Y también que le consigas algo más apropiado a mis esclavos.

—¿S-señorita? — se preguntó extrañado Rantaro, el resto de sus hermanos parecían confundidos también.

—Mnm... Ama, nosotros nos encontramos bien... Por favor no-

—Es un regalo de mi parte... — interrumpió—No se atrevan a rechazarlo.

—¡N-nunca le haríamos algo así! — se apresuró a decir Ukaru con varios asentimientos por parte de Luke.

—Agradecemos su infinita amabilidad — se inclinó Soei, sus hermanos copiaron su acción —Nunca podremos pagarle... Ama.

Yamaiko prefería que Soei y el resto dejarán de comportarse como esclavos, pero al mismo tiempo... No podía recriminar, lo habían sido toda vida.

—Se que se verán muy bien, ansió verlos — una sonrisa nerviosa decoró su rostro, acarició con ternura el blanco cabello de Kei quién se inclinó en busca de más cariño.

Los ojos dorados del diseñador brillaron con intensidad al presenciar la escena, sabía que Yamaiko no era una noble nacida en cuna de oro, pero ser criado como un plebeyo tampoco define tus principios, el hecho de que ella decida ser amable y mantener su carácter por encima de la "fama" que conlleva tener su apellido resulta en  un atractivo que Grey no puede ignorar fácilmente, al contrario lo atrae tanto que le resulta admirable.

—No se preocupe Lady Egón — habló fielmente —Crearé un hermoso vestido para usted y los atuendos más adecuados para sus acompañantes.

Yamaiko mostró gran interés en que tipo de ropa podría quedarle bien a sus esclavos —Confío en que harás un exelente trabajo

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora