Capítulo VIII

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;-;
...

Ciertamente no tengo excusas, necesitaba arreglar varios problemas antes de enfocarme en esta historia, sin más... Disfruten del capítulo.

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La noche tras la fiesta de té transcurrió de manera normal, sin embargo, Yamaiko no fue capaz de dormir adecuadamente, se la paso toda la noche escribiendo cartas y leyendo libros para conseguir con sus objetivos, finalmente el sol se asomó por sus cortinas y la tinta de su escritorio se acabó.

Unos golpes detrás de la puerta se oyeron, inmediatamente después Yiara entró a la habitación con varias sábanas limpias.

—¿¿Eh??.. — La sirvienta se sorprendió momentáneamente al encontrar a Yamaiko despierta — ¿Señorita?, ¿Que hace despierta tan temprano?...

—Oh, Yiara — la noble regreso a ver a su sirvienta quién la miraba con algo de desconcierto — Se me acabo la tinta...

—Eso.. no es.. — Yiara se aclara la garganta — Le traeré más en un momento pero, primero debería tomar un baño y bajar desayunar.

—Ah.. entiendo, parece que me emocioné un poco. — Yamaiko sonríe mientras abandona su escritorio para dirigirse al baño en compañía de su sirvienta.

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Yamaiko caminaba de manera algo incomoda por los pasillos de su mansión, los vestidos que ahora debe usar tienen demasiados detalles y por supuesto son muy elegantes, sin embargo son difíciles de poner y aún más de usar, la noble dio un resoplido mientras se dirigía a su estudio, varios pasos atrás la seguía Yiara quién sostenía varios papeles y documentos que Yamaiko le había entregado.

—Ahm.. ¿Señorita, para que son todos estos documentos?.. — pregunto con curiosidad.

—Son.. algunas ideas que quiero poner a prueba — respondió sin dar detalles, finalmente Yamaiko llegó a su estudio, abrió la puerta para encontrarse cómo siempre con su esclavo Soei, desde que Yamaiko insistió en que el peli azúl le ayudará con asuntos de administración, el esclavo ha pasado más tiempo en el estudio de Yamaiko que en cualquier otro lugar de la mansión.

—¡Soei! — la oji púrpura tomó de manera desprevenida las manos de su esclavo, Soei no pudo evitar sobresaltarse al sentir el tacto de su maestra.

—A-ama... ¿Sucede algo? — preguntó de forma nerviosa

—Dime, ¿Sabes quién le ayudaba anteriormente a mi abuelo? — los ojos de Yamaiko brillaban con inusual determinación.

—Si, era uno de sus soldados más fieles — Soei hizo una pausa tratando de recordar todo lo que podía de aquel hombre, sin embargo las interacciones que había tenido con dicho caballero habían sido muy pocas — Lo lamento señorita, no recuerdo más allá de su apariencia.

Yamaiko sonrió de forma comprensiva —No te preocupes, me gustaría que contarás todo lo que sepas de él, pero antes — la rubia soltó las manos de Soei y tomo uno de los documentos que Yiara llevaba con ella, se dirigió al escritorio y tomo una pluma con tinta, rápidamente comenzó a escribir un mensaje, Soei y Yiara miraban con algo de curiosidad pero sin atreverse a tratar de leer el contenido, una vez que Yamaiko terminó sello la carta con algunas gotas de lacre y se la entrego a su esclavo azúl — Quiero conocerlo, necesito que envíes está carta.

Soei tomó la carta ofrecida — Entiendo, señorita. — el esclavo inclino levemente la cabeza.

La puerta del estudio se abrió repentinamente, un pequeño esclavo entro respirando de manera agitada.

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora