14.

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Matthew.

No tardo mucho en llegar al lugar en donde me citó mi primo, trata de un local con estilo vintage, dónde hay una sala de juegos y la barra del bar. Misma en la que puedo visualizar al rubio. Me apresuro hasta llegar a su lado, anda vestido con ropa deportiva y su cabello luce un poco sudado, por lo que deduzco que estuvo haciendo ejercicio.

—¿Qué pasa, Joseph?

—Bueno, sé que andas muy entusiasmado con la rubia, y no tengo nada en contra, créeme. —Lo escucho con atención. —Fui yo quién te aconsejo anteponer tu felicidad,  pero mi tío te odia y todo esto se está complicando un montón.

Joseph no suele ser sensato en ningún ámbito, por lo que me sorprende verlo tan angustiado, como si algo de todo esto lo estuviese perjudicando también.

—¿Qué hizo ahora?

—Amenazó con destruir tu trabajo, tanto en la empresa como en la clínica. Declarando que todo es gracias a su dinero y no piensa compartir un miserable dólar contigo.

Joder, lo que faltaba.

Recuerdo haber planteado la idea de abrir mi propio negocio. Trabajar públicamente me ha servido un montón, pero no lo suficiente para poder independizarse de la empresa de mi padre. Por ello me he esforzado durante años, tratando de obtener lo suficiente para abrir mi centro de salud privado. Llevo aproximadamente como cuatro años en ese proyecto y no voy a dejar que Thomas se aproveche de esta situación para arruinar todo por lo que me he estado esforzando.

—¿Qué? No le debo nada, he trabajado constantemente para ello, tanto en la empresa como en el hospital.

—Lo sé, pero está muy enojado y sabes cómo es. —Paso las manos por mi cabello con frustración.

Conozco a mi padre y sé bien que arruinar sus planes conllevó a todo este desastre. No sé cómo hacer para recuperar lo poco que he construido pero no voy a permitirle destrozar mi vida. Ya suficiente hizo hasta ahora como para dejarlo disponer de mis planes, especialmente porque no lo merezco. He trabajado insaciablemente en su empresa hasta conseguir los papeles de mi clínica. Sin contar los asuntos legales y demás cosas que tuve que hacer.

El rubio me comenta que incluso lo vio conversando con una periodista, no escuchó lo que decía, aunque lo más seguro es que quiera malimponer cosas sobre mí para destruir cualquier oportunidad en mi trabajo. Será difícil borrar esa mancha y no imagino las demás cosas que planea hacer. Entiendo su enojo, pero tampoco creo merecerlo. No después de haberme jodido tantos años bajo su empresa.

—Hay más, ¿no es así? —Mi primo mantiene silencio por unos instantes, como si estuviese tratando de evaluar si decirme o no.

—Me despidió también. No estuve de acuerdo con lo que planea hacerte y por ello me quitó los beneficios.

—¡¿Cómo?! —Aprieto el puño cerrado en mi mano. —No puede hacer eso.

—Pues ya lo hizo.

Aprieto los labios conteniendo el montón de maldiciones que tengo atoradas en mi garganta. Estoy en un lugar privado y por ello debo mantener la compostura pero se hace difícil. Joseph ha estado desde muy joven en los negocios. Su madre le cedió gran parte, —porque anteriormente era de mi abuelo y le corresponde a ambos—, para que pudiese pagar la carrera de aviación y al mismo tiempo empezar a emprender como adulto. Tanto mi padre como mi tía tienen derecho sobre esa empresa, pero Thomas quiere adueñarse de todo, sin importarle el daño que está ocasionando.

Mantengo silencio por unos minutos, procesando la información y tratando de idear un plan en dónde esto no perjudique a mi familia. Joseph es joven, merece terminar su carrera, no voy a permitir que por mi culpa le arrebaten ese sueño. Además, mi tía Caroline tampoco puede ser víctima de la avaricia que tiene mi padre.

Incendio (ECLIPSE libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora