Juliette Grimshaw, es una estudiante de medicina, cuya rutina suele complicarse luego de un incendio que casi le cuesta la vida. Las cosas se vieron difíciles luego de la pérdida de su familia y por ello busca trabajar como stripper en un Crucero de...
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Pasé toda la noche acompañando a la madre de mi hermano.
No he podido dormir en lo absoluto, por lo que mis ojos se encuentran pesados. Matthew y Jackson insisten en que debo descansar un poco, y por ello se ofrecieron para llevarme a casa, pero me negué.
Quiero estar aquí con Lauren.
Un carraspeo masculino me saca de mis pensamientos. Cuando volteo me encuentro con dos ojos azules que conozco a la perfección. Matthew me regala una leve sonrisa antes de tomar asiento a mi lado y dejar las tazas de capuchino sobre la mesa. Nos encontramos en la cafetería del hospital porque desde anoche no hemos probado comida; por ello, el desayuno es indispensable.
—¿Qué trajiste? —miro la pequeña bolsa de papel con curiosidad.
—Sandwiches nutritivos acompañados de un buen yogurt de fresa, —parece reír ante el sonido de mi estómago—. Es mi deber asegurarme que estés bien, ricitos, y eso incluye todo.
Una pequeña sonrisa cruzó por mis labios.
—Realmente aprecio mucho lo que estás haciendo por mí —me mira— y no solo hablo de la comida —él ríe un poco—. Gracias por ayudar a Lauren, significa mucho para nosotros.
—Solo quiero que siga el tratamiento, no hay porqué agradecer —acerca un trozo de galleta y lo recibo en mis labios—. Te apoyaré siempre, a ti y a tu familia.
—Te quiero, doctorcito. —murmuro, recostando mi cabeza en su hombro.
Su brazo rodea mi cuerpo, acercándome al suyo y logrando que mi pulso se acelere por la forma en que sus dedos me acarician con delicadeza. Parece no darse cuenta de todo lo que genera con tan solo unas palabras.
Sin embargo, cada día me doy cuenta de que no tengo por qué temer, cuando sus acciones y afecto son todo lo que me complementa.
***
Termino de escuchar las indicaciones de la enfermera antes de verla salir por la puerta. Lauren solo necesita la respuesta de unos exámenes y —de acuerdo al resultado—, podrá volver a casa.
Alice se mantiene cerca de ella. El doctor dijo que debía consumir azúcar para estabilizar los niveles en su sangre, por ello mi mejor amiga se encuentra alimentando a Lauren con todos los tipos de dulces que consiguió.
—Juliette, cariño —habla Lauren—. ¿Puedes llamar a Jean Pierre? Necesito decirle que estoy bien.
—Por supuesto. —busco el celular entre sus cosas y lo desbloqueo para conseguir el número.
Ella recibe el teléfono cuando se lo entrego. Repica por unos segundos hasta que una voz gruesa con marcado acento francés resuena al otro lado de la línea. Mi mejor amiga y yo nos alejamos un poco para darle privacidad, pero de igual forma podemos oír parte de la conversación. Parece que el señor está dispuesto a venir antes de navidad, y realmente se preocupa mucho por Lauren.
