18.

3.5K 192 175
                                    

No podía mirarlo a los ojos, porque sabía que en ellos encontraría la respuesta que me negaba a aceptar. Ambos teníamos un apego emocional que nos ataba de cierta forma, pero había tantas cosas en juego. Su familia, su trabajo, su futuro. ¿Cómo podía ser tan egoísta para permitir que renunciara a todo eso por mí?

—No lo sé, Matthew —susurré, sintiendo lágrimas en mis mejillas—. No sé lo que quiero.

Él me tomó de la cara con sus manos y me obligó a mirarlo. Su expresión era intensa, llena de determinación.

—Pues yo sí lo sé —dijo, acercando su boca a la mía—. Yo sé lo que quiero, y lo que quiero eres tú —Mi pulso se descontroló un poco al oír aquello—. Te quiero a ti, Juliette. Y no imagino lo que sería mi vida si tu no hubieses llegado.

Y sin esperar mi respuesta, me besó con una fuerza que me dejó sin aliento. Sentí su lengua explorar mi boca, sus dientes morder mi labio y su brazo atraer mi cuerpo hasta hacer colisionar mi pecho contra el suyo. Me rendí por unos instantes, disfrutando aquel momento que me hacía sentir cosas que nunca había sentido antes, pero una parte de mi se resistía a entregarse por completo.

Sabía que estaba mal, no podía continuar de esta manera. Teníamos que poner prioridad a lo más importante, y eso eran nuestras vidas: Totalmente distintas.

Además que tenía miedo de sufrir, de perderlo y arrepentirme.

Así que con un esfuerzo sobrehumano, aparté mi boca de la suya hasta que lo empujé con suavidad. Él me miró con sorpresa y decepción, sin entender lo que pasaba.

—Lo siento —dije, tratando de sonar firme—. No podemos seguir haciendo esto, no está bien.

—¿Qué no está bien, Juliette? —preguntó, acercándose de nuevo a mí—. Tan solo dímelo, podemos solucionarlo.

—No, Harrison, no podemos—mentí, sintiendo un nudo en la garganta—. Tú tienes tu vida, yo tengo la mía. No podemos cambiar eso por un capricho.

—Esto no es un capricho, ricitos —insistió, tomándome de la mano—. De verdad te quiero, y es el sentimiento más puro y verdadero que he conocido —Presionó los labios en mis nudillos—, por favor, dame la oportunidad.

—No puedo... —dije, soltando su mano y alejándome de él—. Lo siento... Adiós Matthew.

Y sin darle tiempo a reaccionar, salí corriendo del lugar, dejándolo solo con su dolor y confusión.

Sabía que no había sido clara en ningún aspecto. Me dolía mucho dejarlo atrás y solo esperaba que no me siguiese. No podría soportar verlo a la cara luego de aquello, así que continúe huyendo como la cobarde que era.

Logré llegar hacia la suite, abrí la puerta y la cerré con fuerza, sintiendo como se me comprimía el pecho al recordar sus palabras:

Te quiero a ti, Juliette.

¿Cómo puede querer a una persona tan rota como yo?

Me dejo caer en la cama mientras mis ojos vuelven a nublarse ante todo lo acontecido. Abrazo una almohada con fuerza y me permito romperme un poco más. Las lágrimas caen por mis mejillas, empapando la funda.

Nunca creí que esto me afectaría tanto pero me equivoqué.

Me siento terrible por haberlo ilusionado.

Es la razón por la que considero correcto terminar las cosas, no podíamos seguir así. Él tiene que resolver los problemas con su padre, necesita encontrar su camino y ser feliz. Y yo no puedo ser una distracción en su vida.

Incendio (ECLIPSE libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora