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Sujeto la mano de Matthew mientras nos encaminamos al restaurante del señor Lavigne, un lugar que destila elegancia y calidez

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Sujeto la mano de Matthew mientras nos encaminamos al restaurante del señor Lavigne, un lugar que destila elegancia y calidez. Las luces tenues crean un ambiente íntimo, y el aroma a especias y vino flota en el aire. El señor Jean Pierre es conocido por su exquisita cocina francesa, y este restaurante no es la excepción.

Al entrar, las mesas organizadas se extienden a lo largo de la estancia. La madera oscura de las sillas, las paredes contrastan con los manteles blancos y las flores frescas en cada mesa. La misma encarga de la otra vez, nos da la bienvenida con una sonrisa, reconociendo nuestra reservación con la señorita Giovanna Mancini. Siguiéndola, avanzamos por el pasillo hasta llegar a nuestra destinación.

Giovanna está sentada en una esquina, junto a la ventana. Su cabello pelirrojo se encuentra sujeto por una trenza y los ojos grises están fijos en una tablet digital sobre la mesa. Parece absorta en su trabajo, pero al notar nuestra presencia, levanta la mirada. La neutralidad se refleja en su rostro antes de que la camarera interrumpa, anunciando nuestra llegada.

Matthew y yo compartimos una mirada cargada de emociones. Sabemos que esta conversación será difícil, pero estamos decididos a disculparnos por todo lo acontecido con la boda fallida. Ella no merecía ser engañada de esa manera, y aunque el pasado no se puede borrar, esperamos encontrar una forma de sanar las heridas que causamos.

Tomo asiento junto al castaño. La pelirroja nos sonríe con amabilidad; sus ojos grises destellan curiosidad y cautela.

—Gracias por aceptar reunirte con nosotros, Giovanna —comenta Matthew, con su voz un poco tensa—. Sé que tampoco es fácil para ti.

Ella asiente, suavizando su expresión.

—Lo que pasó en el crucero ya quedó atrás —responde con voz firme pero amigable.

Con algo de nerviosismo, sujeto la mano de Matthew bajo la mesa. Sus dedos se entrelazan con los míos, y siento el latido acelerado de su pulso.

—Quiero que sepas que lamento profundamente haberme cruzado en tu camino —le digo a la chica—. No fue mi intención lastimarte.

Ella me sonríe leve, y sus ojos parecen comprender más de lo que digo.

—No tienes que disculparte, Juliette. Las cosas suceden por una razón, y tal vez esa fue la mejor oportunidad para nosotros.—responde con su mirada fija en la mía.

—En realidad quien actuó mal fui yo —interrumpe Matthew—. No debí permitir que mi padre tomara las riendas de mi vida, y mucho menos involucrarte por ser mi amiga —la mira con disculpa—. Fui todo un idiota contigo, realmente lo siento mucho.

Giovanna suspira y se apoya en el respaldo de la silla.

—Yo lo sé, Matthew. Pero también sé que todos cometemos errores —comenta con empatía—, lo importante es cómo enfrentamos las consecuencias y si estamos dispuestos a aprender de ellos.

Incendio (ECLIPSE libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora