Armando apenas posó los ojos en ella,comprendió por qué su hermano se había vuelto loco. Era una visión impresionante: hermosa, inteligente, encantadora y aparentemente genuina. ¿Quién habría sospechado que todo en ella era una farsa?Sentado en una de las mesas de la fastuosa fiesta en honor al sexagésimo noveno cumpleaños del padre de su amigo, la observaba detenidamente. La venganza que estaba a punto de desatar había sido meticulosamente planeada; nada podía fallar. Solo debía seducirla y lograr que se casara con él. Después de eso, ella pagaría por todo el dolor y sufrimiento que llevó a su hermano a quitarse la vida. Sus ojos verdes, como olivos centenarios, la escudriñaban de arriba abajo.
Vio como Analia, o Any como solían llamarla, se dirigía hacia la mesa donde el se encontraba . Any era una de las hermanas de Marcos y ejercía de anfitriona esa noche. Su piel dorada por el sol del Caribe hacía que su vestido amarillo oscuro resaltara aún más, ceñido al cuerpo como el de una sirena, realzando su estrecha cintura y delineando con elegancia cada una de sus curvas en la parte trasera.
Al acercarse , Armando se puso de pie de inmediato con serena elegancia.
—¿Quién dijo que ya no quedan caballeros? —expresó Any con una graciosa mueca en sus delicados labios, mientras observaba con una hermosa sonrisa a cada uno de los demás invitados en la mesa.
—¿Acaso estás insinuando que yo no lo soy? —espetó Andrés quien también se encontraba sentado en la mesa y se ponía de pie con una sonrisa para saludarla.
_No seas tonto_,replicó Any con una sonrisa cálida, dándole un beso y una cariñosa palmada en el hombro.
_A ti ya te conozco, y eres el más caballero de todos, eso es indiscutible_.Armando no pudo ignorar la mirada de Andrés hacia Any; algo en sus ojos y en la forma en que la contemplaba le inquietó. Sin comprender por qué, una extraña sensación se apoderó de él, un sentimiento que no lograba identificar pero que le causó un profundo malestar.
Después de saludar a todos, Any extendió la mano hacia Armando y le dijo:
_Encantada, mucho gusto. Mi nombre es Any, hermana de Marcos , y tú debes de ser Armando, ¿no es así? mi hermano me ha hablado mucho sobre ti_.
_El gusto es mío_,replicó Armando ,correspondiendo al saludo y mirándola fijamente._Sí, efectivamente, mi nombre es Armando Navarro . Tu hermano y yo compartimos el vuelo de regreso a nuestro país y tuvimos algunos contratiempos, seguramente también te lo habrá contado, me lo imagino_,añadió con una sonrisa seductora.
_Sí, me ha contado, y no podíamos parar de reírnos. La verdad es que hay cosas que parecen sacadas de una película norteamericana_respondió Any con complicidad.
_Así es_,contestó Armando. _Hay cosas que uno solo cree que son ficción, pero también existen en la realidad._Sus ojos la miraron con un brillo extraño que Any no entendió porque , pero le heló la sangre, haciéndole bajar la mirada.
Por su parte Armando siguió contemplándola más haya de su interés de venganza, el cual por milésima de segundos había olvidado.
ESTÁS LEYENDO
La mentira
RomanceArmando, tras obtener su título de ingeniero en Europa, regresa a su país con la ilusión de visitar la nueva hacienda de su hermano. Al llegar, descubre que Carlos se había quitado la vida a causa de una mujer, quien le había exigido dinero y comodi...