Capítulo 10: Frialdad mutua

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En una gigantesca mesa, sentados uno frente al otro, se encontraban un par de jóvenes, mientras consumían sus alimentos en completo silencio, de repente uno de ellos rompió el mismo.

Al menos intentémoslo, pronunció una linda mujer, posando su mirada en el hombre que estaba frente a ella.

¿Qué?, respondió el atractivo hombre.

Sí, intentémoslo por tres meses, si en ese tiempo, yo no logro conquistarte, te daré el divorcio sin objeciones, lo prometo, eso sí, tú debes de colaborar, poner de tu parte para tratar de sostener este matrimonio, si a pesar de ello, en estos tres meses que te propongo no llego a conquistarte ni siquiera un poquito, te daré el divorcio, pronunció la linda mujer, dejando pensativo al hombre.

Es una propuesta tentadora, podría obtener lo que tanto anhelo "El divorcio", además ella no me reprochará nada, ni tampoco sus padres, pues ella fue quién lo propuso, además para ello mi padre ya habrá firmado ese acuerdo que tanto anhela y que se hubiera venido a abajo si yo me divorciaba de Kumi antes de esa firma, además esta Sanae, ella en tres meses habrá procesado mejor todo lo que le hice vivir, estará más calmada y podré hablar con ella sin inconvenientes, pensaba Genzo.

Serán tres meses del noviazgo que no tuvimos, no te forzare a que intimemos, no te preocupes por ello, yo solo quiero una oportunidad para conquistarte, agregaba la hermosa mujer.

Bien, acepto, dijo Genzo.

¡Gracias! respondió una emocionada Kumi.

En tanto:

Una castaña revisaba unos bosquejos junto a los miembros de su equipo, excepto su jefe, que estaba sentado en su escritorio.

Creo que ya quedó, dijo la castaña.

Si, está perfecto, respondieron unos jóvenes.

¿Quién puede mostrárselo al jefe?, agrego la castaña.

¿Has tenido algún problema con el jefe?, respondió uno de los integrantes del equipo.

No, claro que no, dijo con calma la castaña.

Entonces, porque desde hace unos días parece que lo evitaras, contesto el hombre, al tiempo que Tsubasa se ponía de pie para caminar hacia el lugar donde estaban los jóvenes.

¿Ya terminaron?, pronunció Tsubasa con seriedad.

Si jefe, dijeron los miembros de su equipo, mientras la castaña le alcanzaba sus bosquejos sin mirarlo a los ojos.

¡Gracias! voy a revisarlos, continúen con su trabajo, expreso Tsubasa, mientras pensaba: Tras aquella última plática que tuve con Taro y posterior encuentro con Nakazawa fuera de la constructora, no he podido volver a verla directamente a los ojos, tal vez por temor a volver a caer preso de ese sentimiento que tanto dolor me causo.

2 horas después:

Nakazawa, acércate, pronunció con seriedad Tsubasa, desde su escritorio.

Como ordene jefe, dijo con calma la castaña, mientras se ponía de pie, al tiempo que su corazón empezaba a latir con mayor prisa, mientras un pensamiento vino a su mente: No quiero volver a sufrir, no quiero, no quiero.

La castaña llego al escritorio de su jefe, este al notar su presencia, sin mirarla a los ojos empezó a darle las correcciones respectivas.

Minutos después:

Bien, se las alcanzo en un par de horas, dijo Sanae.

Perfecto, contesto Tsubasa, con seriedad.

Luego de ello la castaña regreso al lugar donde estaban sus compañeros de equipo, mientras su joven jefe se puso de pie.

DOS CORAZONES UN MISMO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora