(Penúltimo capítulo)
Un joven de cabello desordenado se ponía de pie, tras terminar de desayunar en el pequeño cafetín del hotel donde se estaba alojando.
Joven, la movilidad que solicito ya está fuera, dijo un hombre de lentes, tras acercarse a él.
¡Gracias! expreso Tsubasa, luego continuó su camino hacia la salida del lugar, en donde lo esperaba una camioneta un tanto vieja.
Suba joven, está un tanto viejita, pero es segura, pronunció un hombre de sombrero sonriendo.
El joven de cabello desordenado sonrió ante las palabras del hombre y abordo la camioneta, junto al hombre de sombrero.
¿También está trabajando en la remodelación?, decía el hombre de sombrero, mientras conducía.
No, voy a visitar a alguien, respondió el joven de cabello desordenado con calma.
Tras algunos minutos de camino a bordo de la camioneta, esta se detuvo en un pequeño pueblo anexo al lugar donde había estado.
Ya llegamos, como se dará cuenta, no puedo entrar más adentro, por la construcción y remodelaciones que se están dando en este pueblo, expreso el hombre de sombrero.
Bien, no se preocupe, de acá me voy caminando a mi destino, dijo Tsubasa, dándole unos billetes al hombre de sombrero.
¡Gracias joven! pronunció el hombre, tras recibir los billetes.
El joven de cabello desordenado tras bajar de la camioneta empezó a caminar por las calles del pequeño pueblo, en un determinado momento detuvo su andar, para verificar el nombre de la zona donde estaba.
Ya estoy aquí Sanae, pensó el joven, mientras miraba el lugar, el cuál parecía un tanto desolado, a pesar de ello era muy lindo.
Tras algunos minutos, Tsubasa continuó su camino a paso firme por el lugar, hasta llegar a la dirección que su amigo le había dado, ya estando en este, detuvo sus pasos, a algunos metros del lugar, de repente la vio llegar a paso firme, llevando en sus manos un portafolio. ¡Sanae! pronunció en voz baja el joven, mientras en su rostro se dibujaba una bella sonrisa, al tiempo que se acercaba más y más a la castaña.
Nuevamente esta sensación, pensó la castaña, deteniendo su avance, al tiempo que llevaba las manos a la altura de su corazón. ¡Sanae! le pareció oír, o al menos ello pensó ella. Me estoy volviendo loca, dijo en voz baja, sin girar aún su rostro.
¡Sanae! nuevamente escucho.
No, no puede ser su voz, decía la castaña.
¿Por qué no?, escucho ahora más cerca.
La castaña sintió su corazón paralizarse, al tiempo que sentía unos pasos acercarse más y más a ella.
¡Tsubasa! dijo la castaña, en tono tembloroso, una vez que vio al joven de cabello desordenado frente a ella.
Sí, soy yo, respondió el nombrado sonriendo, mientras su corazón empezaba a latir, al ver los ojos de la joven.
¿Tienes algún proyecto en este pueblo?, añadió con la mayor calma que pudo la joven, mientras sentía que su corazón latía con mayor velocidad.
No, dijo Tsubasa sonriendo dulcemente.
Entonces, ¿viniste a visitar a alguien?, agrego la joven, tratando de no mostrar su nerviosismo, aunque ello cada vez le era más dificultoso, pues su corazón latía a mayor prisa y su cuerpo empezaba a temblar.
Sí, respondió Tsubasa con calma.
¿Algún familiar?, añadió la joven.
No...
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DOS CORAZONES UN MISMO DESTINO
RandomDos jóvenes con algo en común, una fuerte desilusión de amor, pero sus destinos se cruzarán naciendo una química inmediata entre los dos, una química que ambos se niegan a aceptar debido a su temor al amor, sin embargo, el destino se empeñara en man...