10.

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Danae se despertó en un lugar oscuro y frío, confundida por el cambio repentino de su entorno. Buscó con la mirada algo familiar, pero todo a su alrededor era desconocido. No había rastro de su apartamento ni de Leo.

Buscó un interruptor, pero no encontró ninguno. En ese momento, se dio cuenta de que no estaba tocando el suelo; estaba flotando en la nada, en un estado surrealista que desafiaba toda lógica.

-Leo... ¿dónde estás?-. Llamó con la esperanza de que su amigo respondiera, pero el silencio persistía.

Frunció los labios, sintiendo una creciente inquietud. La oscuridad parecía abrazarla, y la ausencia de respuestas la sumergía en una sensación de soledad abrumadora. Mientras flotaba en este espacio desconocido, Danae luchaba por comprender la realidad distorsionada de este sueño.

Después de darse cuenta de que no había nadie en ese extraño lugar, Danae intentó moverse, pero descubrió que no tenía control sobre su flotación en el oscuro y helado espacio. Un giro incontrolado la dejó cabeza abajo, desorientada y sin comprender la realidad distorsionada de aquel sueño.

De repente, la flotación se interrumpió, y Danae sintió una caída en picada. El miedo creció en su pecho mientras caía de cabeza, instintivamente adoptando una posición de acrobacia. Se vio vestida con su antiguo atuendo de gimnasia artística, un blanco brillante que ocultaba en el fondo de su armario.

Un reflector iluminó su rostro mientras descendía hacia un paisaje lleno de tribunas repletas de gente. Su cuerpo recordaba la tensión de una acrobacia, pero el miedo persistía en su ser. Cuando estaba a punto de tocar el suelo, cerró los ojos, reviviendo un momento que marcó su vida.

Gritos la sacaron de su trance, y al abrir los ojos, se encontró tendida en el suelo con reflectores apuntándola. La realidad se desvanecía entre lágrimas y la mirada horrorizada de quienes la rodeaban. Recordó el dolor, el mismo dolor que había intentado olvidar.

Extendió la mano hacia Abril en un gesto desesperado, pero al hacerlo, vio la herida que marcaba aquel momento traumático. Danae comenzó a llorar al reconocer la realidad que intentaba enterrar.

Danae se encontró sumida en un torbellino de emociones mientras yacía en el suelo de aquel sueño atormentador. Las lágrimas brotaban de sus ojos, y los intentos de hablar se ahogaban en la opresión de la pesadilla.

En medio de la angustia, risas burlonas resonaban en la distancia, agravando la situación. Las risas crueles se mezclaban con el eco de su propio nombre, llamándola desde lejos. Las voces intentaban apoderarse de su cordura, pero una llamada constante la sacudió de aquel oscuro trance.

-Danae... ¡Danae!-

Una vez más, la voz llamó su nombre, ahora más cerca. En el sueño, Danae cerró los ojos y se sumergió en un entorno desconocido y hostil. La sensación de estar atrapada se desvaneció, y un aire liberador llenó su ser.

-Danae... ¡Despierta!-

Los ojos de Danae se abrieron de golpe, y su cuerpo se enderezó en el sillón de su apartamento. El rastro de lágrimas en sus mejillas evidenciaba la intensidad del sueño, y el corazón latía con fuerza en su pecho. Frente a ella, Leo, con una expresión preocupada, intentaba desde hace rato sacarla de aquel sueño oscuro.

- ¿Estás bien? ¿Qué pasó? -. Preguntó Leo, con una mezcla de alivio y preocupación.

Danae se llevó las manos al rostro, todavía sintiendo la angustia del sueño, pero ahora abrazada por la realidad tangible de su apartamento.

-yo...nada, nada-. Dijo limpiandose las lágrimas que estaban impregnadas en sus mejillas con la manga de el pijama que Leo le había dado la noche anterior-. Solo fue una pesadilla, es todo.

Trazando Acordes Del Corazón (Rise!Leo x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora