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- Danae...? ¡Danae!-. Danae, sumida en sus pensamientos, fue repentinamente llamada por Abril, quien señaló que estaba regando café por toda la mesa. Danae, sorprendida, se disculpó torpemente mientras intentaba limpiar el desastre con una servilleta.

- Has estado bastante dispersa últimamente, ¿qué pasa? - preguntó Abril con curiosidad, tomando su taza de té.

Danae se puso tensa, pero intentó disimularlo con una sonrisa.

- Oh, no me pasa nada. Simplemente me he distraído. Después de darme cuenta que simplemente seré una suplente, creo que literalmente no tengo nada que hacer.

Se sobó el cuello con nerviosismo y se levantó para desechar la servilleta mojada en un tacho de basura cercano.

- Aja... - comentó Abril, observando a su amiga -. Bueno, olvidando el tema, nunca te pregunté, ¿te cayeron bien las tortugas?

Danae sonrió mientras tiraba la servilleta mojada en el tacho de basura.

- Oh, sí. Ellos son geniales. No puedo creer que tortugas mutantes ninja vivan en las profundidades de Nueva York. Y encima, tienen armas místicas.

Abril asintió con una sonrisa cómplice.

- Sí, es fascinante. Supongo que la vida en las alcantarillas puede ser emocionante, aunque nunca pensé que estarías tan cercana a ellos.

Danae volvió a la mesa y se sentó.

- Sí, ha sido una experiencia única. A veces siento que estoy en medio de una película de ciencia ficción, pero es increíble.

Abril rió.

- Bueno, mientras no te olvides de la realidad y sigas regando café por todas partes - bromeó, haciendo reír a Danae.

Abril miró con intriga a Danae, notando el suéter azul que llevaba puesto. Una sonrisa coqueta jugó en sus labios mientras formulaba su pregunta.

-Danae, muy lindo el buzo tuyo... ¿De dónde lo sacaste?-. Dijo Abril, curiosa y con una mirada cómplice hacia su amiga.

La chica de rizos se ruborizó ante la pregunta inesperada, pasando su dedo por el borde de la taza y mordiéndose el labio inferior.

-Este... me lo compré hace algunos días... ¿por qué?-. Respondió, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

Abril rodó los ojos con una sonrisa y dejó escapar una risa suave.

-No me mientas, es de Leo, ¿verdad?-. Dijo Abril, con astucia en su voz.

Danae se puso nerviosa ante la revelación directa. Respiró profundamente antes de responder:

-Bueno, sí. Es de Leo. Pero no pienses mal, ¡es solo prestado!

Abril rió abiertamente y le dio un golpecito amigable en el brazo.

- Relájate, Danae, estaba bromeando. Aunque admito que verlos compartiendo suéteres es bastante dulce. ¿Cómo consigues que Leo te preste su ropa?

Danae sonrió, aliviada por la reacción de Abril.

- Pues...hace unos días había ido a las alcantarillas en medio de una tormenta y como no tenía paraguas, me terminé empapando-. Empezó a explicar-. Yo obviamente ya sentía que me iba a resfriar y le pregunté por casualidad si me podía prestar algo de ropa, lo cual extrañamente accedió al instante.

-Entiendo. La verdad no me sorprende, Leo siempre fue de ese tipo de personas que está dispuesto a ayudar a los demás-. Respondió Abril, tomando un sorbo de su café.

Trazando Acordes Del Corazón (Rise!Leo x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora