Capítulo 12

116 6 0
                                    


Noah y yo nos habíamos montado en un Ranger Rober negro que al parecer había rentado y nos dirigíamos a la parte central de la cuidad.

Por mi cabeza pasaba constantemente la palabra cita, aunque él ni siquiera la hubiera mencionado, pero es que vamos a joder, era obvio.

Una emoción, de esas que te hacen gritar me inundó, y tuve que aguantar como campeona para no explotar y que se me notara lo feliz que me hacía que iba a tener una cita por primera vez.

El auto se estacionó en uno de los parqueos públicos del centro de la ciudad y ambos nos bajamos.

-Vamos -Noah se acercó a dónde estaba parada esperando sus órdenes y me tomó de la mano.

Y sí, tenía razón, ese solo gesto ablandó cada parte de mí, era algo que Max, mi primer y único novio no acostumbraba a hacer, de hecho, ni siquiera se molestaba en mostrar alguna muestra de cariño que no fuese un beso a secas de pico una o dos veces al día

¿Estas son cosas que hacen las parejas de verdad? Supongo que sí, supongo que siempre estuve engañada. Las mariposas en mi estómago enloquecieron provocándome náuseas, pero como no tenía nada en el estómago desde el casi nulo desayuno que ingerí, ni siquiera mi cuerpo se molestó en querer eliminar algo.

Entre mi jefe y yo no intercambiamos ni una palabra durante los 5 minutos de trayecto al restaurante, que resultó ser al aire libre, en una especie de callejón, con enredaderas adornando las paredes y juegos de mesas estilo parisino, en el techo había un telón semejando a una noche estrellada, pero tenías que fijarte bien para notar ese detalle.

La verdad, parecía un lugar mágico en medio de toda la urbanización, y me encantaba. Debo admitir que el "señor" Thompson tenía más cosas buenas de las que pensé.

Los ojos me brillaban capturados por la belleza tan sencilla del restaurante y estoy segura de que Noah lo notó después de la pequeña sonrisa que ocultó.

Escogimos prácticamente sin palabras una de las mesas del fondo, con mayor privacidad y más apartada del ruido de la calle y como en las películas mi acompañante abrió la silla para que yo tomara asiento.

¿Alguien puede pellizcarme? Creo que estoy soñando.

La mesera no tardó en pararse delante de nosotros con ''un buenas noches'' que fue correspondido por ambos, para dejarnos el menú.

Claro, tampoco dejó pasar por alto el ejemplar que me acompañaba. Y la entiendo, cualquier ser humano que tuviera ojos lo miraría indiscretamente, aunque sea unos segundos.

- ¿Te gusta?

Asentí y le regalé una sonrisa tierna. -Parece sacado de Pinterest.

Una risa nasal se le escapó y devolvió la vista a su menú -En verdad si eres muy fácil de impresionar.

Dejé a un costado la rosa que me había dado y tomé la pequeña carta en manos.

Era comida francesa, ya decía yo por la apariencia del lugar. No entendía ni dos palabras de lo que estaba escrito en el menú y con frustración lo bajé, pensando en que pediría el plato de la casa o algo por el estilo, rogando que no fuesen caracoles o cualquier molusco.

Mi jefe a mi lado soltó otra pequeña risa al ver mi gesto de frustración, al parecer soy muy divertida (Nótese el sarcasmo) y cuando la chica se acercó a tomar la orden Noah pidió para ambos Boeuf Bourguignon.

Lo cual no tengo ni idea que cosa es, pero lo miré agradecida por salvarme de esta.

El tiempo que esperamos la cena se estaba volviendo tedioso porque ninguno de los dos dijo una palabra, hasta que después de 10 minutos de incómodo silencio Noah por fin decidió hablar.

DCEO Y Constelaciones (Ya Disponible En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora