La oficina principal del sanatorio daba miedo, las pulcras paredes blancas daban más la impresión de estar encerrada en una jaula de contención de ira que en un consultorio pulcro y limpio.
La incómoda silla que parecía no estar hecha para embarazadas ni personas con sobrepeso, apretaba un poco mi barriga por el adorno en un costado, nunca había visto semejantes muebles "mata gordos"
El hombre no me apartó la vista y no lo culpo, estaba paranoica después de la llamada, incluso me costó trabajo sellar con maquillaje las ojeras tan pronunciadas por tener los ojos abiertos de par en par mirando fijamente por la puerta como si el fuera a entrar por ahí en cualquier momento.
-Buenos días, señorita Rey, tengo entendido que viene a demostrar la veracidad de la identidad de la señora Castel, quien realmente es la señora Rey, su madre, y desde ahora quiero darle mis disculpas personalmente por el malentendido, el cónsul personalmente me mandó su información verdadera ayer y en dado caso, la presencia de un abogado sería un proceso innecesario. No queremos llegar a términos legales incorrectos.
-Me temo que tendremos que hacerlo- Mi abogado se levantó de la silla y extendió una carpeta- Ustedes estuvieron reteniendo a un ciudadano americano sin verificación de identidad apropiada, por lo tanto ...
La silla donde estaba sentada proporcionó un ruido fuerte cuando me puse de pie interrumpiendo al abogado. -Los temas legales mejor resuélvanlos en privado, por favor, necesito ver a mi madre ahora.
El hombre que sé que estaba asustado por lo que le había amenazado mi abogado, pero que por fuera parecía estar apacible, se levantó despacio de su asiento y me pidió que lo siguiera con la vista.
El lugar era enorme y ninguna de las personas que estaban allí se veían normales, estaban alteradas, inquietas y alguna tan tranquilas que daban miedo. Supongo que mamá estando cuerda vivió una pesadilla temiendo por su vida en este lugar.
Íbamos camino casi sin rumbo hasta el final del pasillo, cuando entramos en una sala llena de mecedoras, no había muchas personas, yo diría que unas 10, pero, aunque pareciera tierna la escena había algo allí que daba terror. Todos estaban sentados de frente a una pared blanca mirándola fijamente, sin apenas parpadear. Todos, excepto una mujer de cabellos rubios que ya comenzaban a teñirse de blanco, su balance era el único que no se movía coordinadamente, y tampoco estaba sin pestañear, en cambio se veía triste, como un pájaro enjaulado al que nadie da atención.
-Emma, tienes visita- La enfermera que no me di cuenta cuando se nos unió habló y la llamó por su verdadero nombre.
La mujer levantó la vista y pude ver miedo en su expresión de cansancio, buscó por toda la habitación con su mirada como si esperara a alguien más, y al no encontrar a ese alguien me enfocó a mí.
Sus ojos me escudriñaron de arriba a abajo y yo no pude evitar soltar algunas lágrimas. - ¿Recuerdas la niña de la que hablas todos los días? ¿la que es genio en matemáticas y excelente nadadora?
La muchacha se aproximó todavía más y tomó su mano mientras le regalaba una sonrisa, ella le estaba afirmando que yo era esa niña y mi madre pareció comprenderlo al momento.
El doctor que estaba a mi lado me hizo señas para sentarme en el balance continuo y una vez estuve allí me ayudó a acomodarme, ya que la barriga que ya comenzaba a pesar me estaba limitando algunos movimientos.
- ¿Eres tú de verdad? - Mi madre había roto el hielo y yo solo pude afirmar, se me había hecho un nudo en la garganta -Eras tan pequeñita la última vez que te tuve -Su mano se fue acercando lentamente y sus ojos brillosos iban desplazando lágrimas fuera- ¿Estás, estás?
Su mano repasó suavemente mi barriga abultada fascinada. -Ya todo acabo mamá.
Casi no dejó que terminara mi última palabra, mi madre comenzó a llorar a mares y la enfermera que estaba en su lado opuesto la abrazó. -No te preocupes querida, ya pronto vas a estar afuera con tu hija, ya, ya, la pesadilla terminó. -Su mano se movía lentamente por su cabellera suelta y hasta mí me terminó inspirando paz, ni siquiera puedo imaginarme todo lo que ha pasado aquí, por culpa de mi tía. Literalmente destrozó por años una familia hasta que casi la extinguió.
-Mamá, quiero que recojas tus cosas, esta noche vamos a dormir en otro lado, nos vamos a quedar en España solo por unas semanas en lo que te recuperas gradualmente de los medicamentos.
- ¿Podemos hablar en privado? - La chica enfermera se levantó y me pidió que la siguiera mientras mi madre también iba a su habitación a por las pocas pertenencias de apego que tenía.
Entramos en lo que parecía ser zona de enfermeras. -Perdona que te llame a parte, pero el comentario que te tengo por hacer no se puede enterar el director.
-Okeyyy. -A estas alturas me esperaba cualquier cosa.
-Hace más de 8 años tu madre no toma ninguno de los medicamentos, en otras palabras, ella esta cuerda, solo actúa un poco consternada porque pensó que iba a morir en este infierno, te recomiendo que no la hagas perder un día más en este maldito lugar y la lleves de regreso a América. Lleva años deseando ver la tumba de tu padre...
-Espera- La detuve- ¿Mi madre sabe todo acerca de nosotros?
- No mucho acerca de ti, tu tía le recordó por años que habías muerto también en ese accidente como una forma de tortura, y de la noche a la mañana hace unos meses se apareció aquí para recordarle que en realidad si estabas viva y que le iba a regresar un video con la prueba de tu muerte.
Nada ha sido fácil para ella.
- ¿Por qué la has ayudado?
-En realidad no fui yo, mi madre, ella fue enfermera de este lugar y descubrió que en realidad tu mamá no tenía ninguno de los síntomas que decían
- ¿Dónde está? necesito agradecerle.
El semblante de la chica oscureció -No trabaja más aquí, se encuentra en otro hospital recuperándose de cáncer.
-Lo siento, ¿puedes llevarnos a verla cuando termine tu turno?
Miró su reloj algo confundida- Termino en 10 minutos.
-Perfecto, nos vemos en la salida.
Le agradecí una vez más y acompañada del jefe de aquel lugar fuimos hasta la pequeña habitación de mi madre y luego nos encaminamos a la puerta principal donde nos encontramos con la chica.
Eran casi las 10 am y el cielo estaba un poco nublado producto a la nieve que se pronosticaba caería ese día y, aun así, mi madre achicó sus ojos para poderse acostumbrar a la luz del exterior. No entendía por qué, hasta que miré a mis espaldas y me di cuenta de que el puto manicomio era peor que una cárcel, ni siquiera ventanas tenía.
Las lágrimas que intentaron salir, las retuve, en lo que guiaba a mi madre y la joven hasta mi vehículo de alquiler. -Tienes que contarme todo de ti cariño, necesito saber cómo vivió mi hija en todos estos años, por lo visto te va bien en la vida, ¿lograste recuperar la fortuna de la familia?
La miré y sonreí como muestra de afirmación. - Creo que tenemos mucho tiempo para conversar al respecto mamá.
-Lo siento, estoy ansiosa por saber muchas cosas de ti, me temo que hoy no vamos a dormir si nos dejamos llevar de mi curiosidad.
-Espero que sí, no creo que sea bueno para tu recuperación que pierdas el sueño. -Intervino la chica y mamá cómplice le regaló una sonrisa.
Me sentía dichosa, ella no estaba en las condiciones mentales que pensé estaría y yo estaba muy agradecida con la chica y su madre, de no tener a nadie en este mundo pasé a tener conmigo a mi madre y mi bebé que viene a camino, y me sentía tan feliz por aquello.
Aunque a veces creo que cuando acabo de armar un puzle el jodido universo me recuerda que no soy tan completa como pensaba y destruye el anterior, porque en el camino al hospital, un mensaje sonó en mi teléfono, por el cual tuve que intentar mantener la cordura.
''Corre''
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DCEO Y Constelaciones (Ya Disponible En Amazon)
RomanceEva es una chica linda y llena de secretos, pero rota por dentro ya que carga con la culpa de quitarles la vida a las personas que ama. Por cosas del destino encuentra un trabajo como secretaria del CEO de una de las empresas más grandes de New Yor...