Capítulo 20

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Mientras más tiempo pasaba en la gran casa de los Thompson más me integraba a la familia, excluyendo al señor Thompson padre, de la lista de personas para las que soy grata.
Estaba trabajando desde casa, pues se me tenía prohibido volver al edificio hasta que Noah llegara e intentar solucionar todo.

Y no sé si fue por la distancia o porque nos extrañamos realmente, pero entre mi jefe y yo estábamos creando un vínculo bastante dependiente. Cada vez que ambos teníamos un segundo libre o teníamos una videollamada o un mensaje, literalmente no nos separábamos de los teléfonos, y a mí me resultaba tierno, me sentía como una de mis amigas de la secundaria revisando el WhatsApp a cada segundo con una sonrisa.

Literalmente después de mucho tiempo me sentía feliz, aunque con respecto a Bela no, sus moretones habían comenzado a disminuir, pero, aun así, estaba muy deprimida desde que se enfrentó a su padre y este le dijo que fuera fuerte, que ese sería el precio que pagar por tener una vida de lujos y, a decir verdad, ni ella no yo estábamos de acuerdo, ser rica a este precio no era negociable, definitivamente al menos yo no lo pagaría y ella secundaba la idea.

Así que la vi encerrarse a llorar los próximos 5 días y aunque Max y yo intentamos hacer algo al respecto y su madre la consintiera como si aun tuviera 5 años y estuviera haciendo una perreta no parecía mejorar su estado de ánimo.

La señora Dairine también lloraba de vez en cuando, supongo que vivir tras la sombra de su esposo era una mierda, sin poder dar opinión, sin poder hacer lo que quisiera, sin poder trabajar, definitivamente esta familia y yo compartíamos muchas cosas.

Esta tarde llegaría Noah, su vuelo ya había salido anoche, pero las 20 horas que duraba eran insoportables y el no poderme comunicar con él tampoco me agradaba mucho.

Esta mañana me había levantado temprano con la intención de jugar un rato con Max y luego comenzar a ponerme guapa porque me había descuidado estos días encerrada, pero me ahorré el tiempo de lo primero, porque Bela estaba corriendo como niña pequeña por todo el frente con el perro, lo cual me dio mucha calma saber que en verdad cuidaría a mi amigo canino.

Antes de la hora de la cena bajé a la cocina a ayudar en lo que pudiera a Petra y a robar alguno que otro tuco para que mi comida mejorara. En estos días también me había hecho amiga de ella así que bromeamos mucho mientras trabajamos y también me contó muchas cosas de cuando mi ''algo'' era más joven.

Después de la cena en la tarde, me miré al espejo mientras hacía los arreglos finales, había recuperado algo del peso y el color en mis mejillas había regresado también, y de hecho en los últimos días me sentía un poco mejor. Al parecer si era un malestar estomacal y no lo que me llegó a pasar por la mente. Me veía guapa, Bela me había regalado algunos de sus vestidos y elegí para ese día uno en azul marino que hacía contraste con mi cabello rubio recogido en una cola alta.

Cuando dieron las 6 bajé a esperar a Noah en la sala principal y me encontré con que Dairine estaba sentada en uno de los lujosos asientos bordando un zapatito de bebé diminuto, era la cosa más tierna que había visto en mi vida, de colorcito blanco porqué todavía no se sabía que iba a ser el bebé y además Bela ya tenía decidido que su hijo solo vestirá colores neutros porque era de las personas que estaban en medio de la discusión entre los colores de hembra y de varón.

Cada quién con sus creencias.

Y no más de 5 minutos después la puerta se abrió mostrando la figura de Noah arrastrando una maleta y secundado por su padre, lucía cansado y la barba que adornaba su rostro estaba más crecida, como si llevara más de tres días sin rasurarse, aun así, se seguía viendo asombrosamente guapo.

Su madre corrió a abrazarlo dejando en el asiento el pequeño zapatito y yo me paré en espera de alguna reacción por su parte, cuando terminó el saludo con la señora Thompson caminó hasta mí y me abrazó depositando un beso en mi frente.

Mis mejillas se tornaron automáticamente rojas- Que bueno que regresas.

-Te extrañé. -Solté una pequeña sonrisa y volví a sus brazos. -Antes que todos los problemas caigan de golpe, les aviso que voy a tomar un descanso, así que nos vemos mañana, tuve un día muy largo hoy. -Esta vez se estaba refiriendo a su padre que parecía dispuesto a comenzar a hablar de trabajo.

-Es justo, vas a tener que resolver muchas cosas mañana en la oficina, aunque te pido de favor que estés en casa antes de las 7, tendremos una cena ya que tengo algo importante que anunciar.

Lo vi asentir y tomar mi mano. -Petra, ordena que devuelvan la maleta a mi recámara por favor. -Acto seguido me moví arrastrada por sus pasos apresurados hasta la puerta principal y luego hasta el Cadillac negro estacionado en el frente.

Esta vez, me acorraló contra la puerta del conductor y pude sentir sus labios con deseo, la oscuridad que comenzaba a emerger nos daba la privacidad que necesitamos y estar así con el nuevamente se sintió como una brisa fresca, las mariposas en mi estómago reaccionaron como una manada de elefantes en estampida y sin darme cuenta realmente necesitaba esto, me hacía sentir viva nuevamente.

Sin decir palabra alguna, volvió a besar mi frente y me apartó para abrir la puerta del conductor - Si no te montas rápido y llegamos a donde vamos, no creo poder aguantar y no es ético follar en el frente de la casa de mis padres.

Casi me da un infarto sus palabras así que aceleré el paso y tomé asiento.

El carro despegó a una velocidad razonable y desaparecimos de la lujosa casa para dirigirnos a las calles de New York.

- ¿Cómo fue tu viaje? - Se me ocurrió preguntar para romper el silencio.

Noah todavía tenía la vista pegada en la carretera -Todo bien, logré cerrar un contrato que nos va a reportar ganancias considerables, deberías tener esos datos mañana, pero no tengo muchas ganas de hablar del trabajo, ya he tenido suficiente por estos días y todavía tengo que culminar mañana viernes. Cuéntame de ti.

Alcé mis hombros, aunque él no podía verlo -Yo he estado bien, tu madre y tu hermana se han portado como una familia.

- ¿Conoces a Bela? ¿Qué hace en casa? se supone que ... ¿El hijo de puta la volvió a golpear? -La molestia hacía que su voz sobresaliera todavía más.

-Creo que no me incumbe hablar del tema Noah.

-Tienes razón, ese es un asunto que tengo que tratar mañana con mi padre. Por ahora solo hablemos de nosotros.

El Cadillac dobló por una de las entradas de uno de los hoteles más lujosos de New York y justo en el frente un mozo vestido con el típico uniforme nos esperaba, nos bajamos y tomó las llaves del carro, desapareciendo entre los parqueos.

-Vamos. -Agarró mi mano y al entrar en la recepción solo mostró su identificación y recogió las llaves de la habitación.

Subimos los tres pisos del elevador acompañados de personas que estoy segura notaban la tensión entre ambos, y que si no fuera por ellas estuviéramos comiéndonos la boca como salvajes.

la habitación era la número 2012 con una gran cama matrimonial en el centro y unas hermosas vistas a la ciudad de fondo. - ¿Nos vamos a quedar aquí? Ni siquiera traigo ropa para esta noche ni para...

-Shhh - Su dedo se posó delicadamente en mis labios - No pienses en algo que no vas a necesitar.

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