David estaba delante de mí y a pesar de que el esfuerzo hacía que mis ojos se cansaran e intentaran cerrarse poco a poco, luché por no hacerlo. Quizás fue el miedo de ver como acercaba el filo del cuchillo al pequeño bulto ensangrentado en sus manos que lloraba tan bajito, como si fuera un muñeco al que le quedaba poca batería. O quizás por el miedo de que sabía que ni siquiera me iba a dar la oportunidad de ver a mi pequeña estrella.
¿Por qué alguien sería tan cruel de querer arrebatarle la vida a un ser tan tierno e indefenso? A un ser que, en la inconsciencia de su madre, su nacimiento le iba a traer la esperanza de vida a alguien más.
- ¿Sabes? Tiene los mismos ojos que Noah, lástima que ni siquiera lo va a conocer. -Con el filo del cuchillo apartó la delgada sábana con la que habían envuelto su delicada silueta.
-Por favor no lo lastimes- Supliqué con el hilo de voz que la resequedad de mi garganta me dejó. El mundo en mis pies volvió a sacudirse cuando hizo caso omiso a mi petición y volvió a acercar el cuchillo.
-Deberías entender Eva, que no siempre tenemos lo que queremos, la vida no siempre es justa para todos y tú no puedes ser mía si tienes algo de él.
Mi cuerpo apenas respondía a mis actos, me quise levantar, correr y a como sea arrebatarle a mi bebé de sus brazos, pero mientras mis músculos dejaban de obedecer y mi conciencia poco a poco se llevaba la poca cordura que me quedaba, en mis momentos finales vi como David acercaba el cuchillo a la pequeña mano que sobresalía de la manta -No te preocupes, prometo que después de cortarle la mano para enviarla como regalo a Noah, lo mato rápido y sin dolor.
Un grito intentó salir de mi garganta y mis músculos hicieron un esfuerzo aún más fuerte por despertar, pero al parecer mi subconsciente decidió omitir el crimen que iba a ocurrir delante de mis ojos y olvidé, olvidé como respirar, olvidé como mirar, olvidé como se escucha y después me dormí, no quería despertar nunca más, no quería vivir si él no iba a estar más conmigo. ¿Para qué? ¿Para qué me iba a servir estar viva si le fallé?, todos mis intentos porque mis males no le alcanzaran fueron en vano, quizás a estas alturas ya ni siquiera la cordura me acompañaba, era un dolor muy fuerte, tanto que preferí soñar.
....
La luz a mi alrededor volvía a molestarme, odiaba despertar así, lo había hecho tantas veces que ya incluso antes de abrir los ojos sabía que estaba en un hospital, las lágrimas fue lo primero que acompañaron mis mejillas, que estoy segura estaban sin color, como si mi cuerpo recordara el dolor que llevo dentro más rápido que mi cerebro. Estaba viva, fue lo primero que pensé e irónicamente no quería estarlo_ las imágenes de lo último que había visto antes de caer en el negro mundo de la inconciencia me invadieron. A estas alturas ya no estaba conmigo y la locura se apoderó de mi -Mi bebé- Grité con el filo de voz desgarrada que salía de mi garganta.
En un arrebato de locura abrí los ojos sin importar el dolor antes de acostumbrarme a la luz y casi ciega miré a mi alrededor, pero no tuve mucho tiempo para escudriñar la habitación, unos brazos fuertes me apretaron contra él, maldito, después de arrebatarme mi vida se atrevía a tocarme -Monstruo- Grité- Tu mataste a mi bebé. - Luché por sacarme de su agarre.
Pero para mi sorpresa, los ojos azules que esperaba ver fueron intercambiados por mis dos lunas favoritas, no era David quien me sostenía y me daba consuelo, era Noah y lo miré firmemente buscando en su rostro respuesta, pero para mi sorpresa y confusión, él estaba sonriente, ¿cómo podía estarlo? si al que le habían quitado la vida era también su hijo.
Su mano se acabó debajo de la silueta de mi rostro calmando completamente sin siquiera saberlo, la rabia que había despertado el último pensamiento y depositó un beso en mi frente. -Ya todo acabó mi sol, Christopher está bien, está con mamá y las enfermeras alimentándose en lo que te recuperas.

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DCEO Y Constelaciones (Ya Disponible En Amazon)
RomanceEva es una chica linda y llena de secretos, pero rota por dentro ya que carga con la culpa de quitarles la vida a las personas que ama. Por cosas del destino encuentra un trabajo como secretaria del CEO de una de las empresas más grandes de New Yor...