Capítulo 14

94 5 0
                                    


La tarea que menos me agrada de viajar es desempacar todas mis maletas, odio cuando cada cosa está tendida esperando a que mis manos, que no tienen nada de magia para hacerlas volar, las acomode en los cajones dobladas.

Pero no podía vivir en la mugre todo el tiempo, así que en esos momentos me encontraba organizando.

Esa mañana me había despedido de Noah de la única forma que mejor nos entendemos ya que no nos veríamos en aproximadamente una semana porque tendría que viajar al otro lado del mundo, China para ser exactos.

Íbamos a estar cerca de 20 horas sin comunicarnos, pero me prometió que cada vez que tuviera un segundo libre me escribiría.

¿Quién iba a decir que un hombre tan imponente y helado por dentro sería tan tierno y cursi?

Un arrebato me recorrió de la cabeza a los pies y como niña chiquita di brinquitos en el lado de la cama donde estaba sentada. Nunca cuando era novia de Max me había sentido como si volviera a ser una niña.

Mi perro me miraba desde la puerta como si estuviera loca. Lo había dejado tres días solo, con agua y suficiente comida como para diez, y, aun así, sentía que me odiaba por aquello,

Aunque en parte tenía razón en algo, lo estaba, estaba loca por mi jefe.

Eran más de las 10, el día había sido largo y estaba agotada, así que cuando terminé mis labores abrí el cajón, tomé el equipo color rosa y soñé despierta con estos últimos tres días.

.....

El vuelo de Noah había llegado a lo que para mí eran las 6:00 am y como ya estaba levantada tuvimos una pequeña videollamada, yo estaba totalmente a oscuras en mi habitación iluminada solo por la tenue luz de la pantalla, mientras que para él ya eran pasadas las 7 pm.

- ¿No sientes como que perdiste un día? -Le pregunté curiosa.

Iba montado en el asiento trasero de un coche que según me dijo su socio lo había enviado expresamente para él, ¡todo se resuelve tan rápido con dinero de por medio! -Siento que te extraño.

Estoy segura de que a pesar de la oscuridad vio mis mejillas colorearse- Yo te extraño igual, pero ¿No crees que vamos muy rápido? -El miedo invadió mi voz- Acercarnos tan rápido podría...

-Shh -Me interrumpió- Cada pareja tiene su tiempo, y ahora que estoy tan lejos de ti me he dado cuenta de muchas cosas - Un silencio nos embargó por un segundo -Aunque ya te lo he dicho antes, te quiero Eva solo que esta vez sí estoy seguro. Te encontré y no te voy a perder.

- ¿Me encontraste?

Un silencio de varios segundos se escuchó en la línea y no pude ver su imagen, diría que fueron problemas de conexión, pero la cámara apuntaba a su chaqueta como si se hubiera bajado el teléfono a la altura de su pecho- Tengo que colgar preciosa, te veo luego. -A penas tuve tiempo de despedirme porque en ese instante la pantalla se manchó de negro.

No tuve más remedio que alistarme y salir corriendo a la empresa. Hoy era el supuesto gran día para el que yo estaba trabajando estas últimas semanas, porque resulta que encontré muchas fallas en el sistema de finanzas y además fallas tecnológicas, así que uno de los jefes de informática me había avisado que para hoy iba a tener disponible los documentos encriptados y una vez adentro, podría acceder a los números de ruta que fueron desviados más de 5 millones de dólares por año según mis cálculos a lo largo de 5 años.

El camino como siempre fue tedioso, era una mierda tener que salvar tanto dinero para alguien más y yo ni siquiera tenía para comprarme un carro de chatarrería.

DCEO Y Constelaciones (Ya Disponible En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora