Capítulo 53

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Mamá se veía cansada, de hecho, si la comparamos con su hermana gemela, a pesar de los cuidados en el SPA, ella parecía unos años mayor, imagino que debió de haber sufrido mucho en aquel lugar.

Todo el trayecto estuvo recostado en la ventana, yo diría que demasiado tranquila, aunque no paró de hacerme preguntas generales acerca de cosas de mi vida y de hablar de papá, imagino que fue duro saber que tu esposo estaba con tu hermana idéntica sin apenas darse cuenta y que ambos criaron a tu hija y luego el amor de tu vida muere y tu bebé desaparece y va a vivir en la calle por muchos años, mientras tú estás impotente sedada en una cárcel de locos.

La vida de lujos se estaba haciendo cada vez más fácil para mí, supongo que la vieja yo estaba de vuelta, así que no reparé en rentar un vehículo lo suficientemente costoso como para que llegáramos cómodas a la mansión de mi familia la hora entera de camino después de salir del aeropuerto.

Mi bebé estaba inquieto dando patadas, al parecer no le gustó para nada el viaje y mi madre se quedó totalmente muda cuando piso un pie fuera del MCO, supongo que son cosas demasiado duras de superar. Para mí no fue nada fácil al principio tampoco, pero con calma nos vamos adaptando a las situaciones y recién comenzaba a caer en cuenta que no todo estaba perdido, que mi madre y yo podemos rehacer nuevamente nuestras vidas.

- ¿Eva? - Mamá despegó su mirada del asfalto y se dirigió a mi- ¿Sabes dónde está enterrado tu padre?

Esa era una cuestión que no me había hecho antes, nunca investigué nada al respecto, ni escuché algún comentario. - Mañana lo podemos averiguar.

La vi de reojo mientras asentía no muy convencida.

Las tripas se movieron en mi interior cuando tomamos la calle a la mansión, no necesitaba mirar el GPS para saber dónde estamos, recordaba perfectamente mi casa y por suerte estaba justo como la dejamos años atrás. Estacioné el vehículo en el frente y vi a mi madre titubear antes de salir, estaba conmocionada al igual que yo. Y no la culpo, de seguro sus mejores memorias estaban en esta casa, con la persona que amaba y que le fue arrebatada dos veces. La tomé de la mano y le sonreí - ¿Estás lista? - Su mirada de súplica me decía que no, pero aun así la arrastré al interior de la casa.

En la sala se podían notar cambios, como por ejemplo los muebles que eran todos diferentes a los de la abuela y las alfombras a juego. Todo era amarillo secundado de madera y mientras yo miraba el lugar entretenido, Emma estaba parada en frente de una pared cargada de cuadros, como si fueran un collage.

En todos se podían ver imágenes de una familia feliz, mi tía, mi primo y mi tío encabezaban casi todas las fotos, se les podían encontrar en varios países como París o Roma y en algunas montando bicicleta o caballo.

Me sentí vacía por dentro después de ver aquellas imágenes, pero ver a mi madre correr a donde yo estaba, aunque pareciera imposible me vacío un poco más. - ¡La odio! -gritó en mi hombro mientras lloraba- Me lo arrebato todo Eva, todo. -Sus palabras poco a poco se fueron apagando, consumidas por los sollozos a los cuales me les uní.

-Será mejor que subas a descansar mamá- Le reproché, estaba clara que esto no iba a ser fácil para ninguna de las dos, pero debíamos continuar sí o sí.

Cuando se acomodó entre las sábanas de la cama de la antigua recamara que compartía con papá anteriormente, aproveché para ordenar comida y luego ir a descansar.

Pero como siempre digo, nunca hagas planes porque el jodido universo te los va a destruir, mientras recibía mi entrega en la puerta principal, esa voz volvió a aparecer y mi mundo comenzó a marchar al revés nuevamente.
- Eva

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