Cɑpítulo cinco: DɑeYɑng y su ɑmor plɑtónico (tɑmbién le dɑ pάnico gɑy).

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☆[Felices fiestas. Espero que se la pasen bien hoy, mañana y lo que les reste de insignificante vida.
Pdta: más a ti, bebé YaZaelly95]☆

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—Eres grande, ¡eres grande! Literalmente, eres grande. Mides uno con noventa y dos, duh.

DaJatza levantó la cabeza y se echó una risita de la pura ternura. Volteó a ver hacia el laboratorio de paredes vidrieras en donde su colega, aquel doctor de peculiares ojos de colores, tenía un buen rato metido.

DaeYang no sabía siquiera que él estaba en la sala del laboratorio, pues él había entrado de sorpresa aprovechando que tenía un tiempito libre. Y pensó que la mejor manera de subastar este tiempo libre era estar cerca de DaeYang.

Éste era apodado por sus colegas como el doctor de ojitos locos, por lo mismo de que sentía fascinación por encerrarse en su laboratorio a crear experimentos locos que la mayoría de las veces salían bien.

DaeYang era médico científico, ése era su título. El centro médico en el que ambos trabajan también es un laboratorio, por lo que DaeYang tiene el suyo aparte de su consultorio.

No puedes arrepentirte ahora. Digo, le has cogido empatía a ese par, pero tú siempre has preferido ser hijo único o ya de plano provocarte un suicidio —DaeYang habló desde adentro del laboratorio—. Después de todo, vivir está sobrevalorado. Así que vas a hacer esta máquina para impedir que tu madre dé a luz a tu parásito..., aunque el parásito seas tú por ser el menor.

DaJatza volvió a echarse una risita mientras niega totalmente enamorado de un hombre que habla consigo mismo más de lo que llega a hablar con otras personas.

Ha de confesar que está completamente acostumbrado a esta encantadora virtud que DaeYang poseía. Siempre lo estaba viendo hablar entredientes cuando se enoja o por lo alto cuando está planeando más de alguna cosa loca.

En ese momento parecía estar muy concentrado en construir una máquina. DaJatza no sabía de qué o para qué con exactitud, solamente sabía que ese doctor de ojitos bonitos se escuchaba muy entusiasmado.

Además, parecía estar preparando también alguna clase de discurso de despedida para sus dos hermanos mayores. Claramente DaJatza alcanzaba a escuchar una declaración de amor hacia ellos, pero no el suficiente amor como para retroceder con su plan.

❝Don celos se enɑmoró del señor coqueto❞ (ʏᴏᴏɴᴍɪɴ/ʏᴀᴢᴀᴇʟ).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora