—TaeHyungie, siéntate aquí.
—No, mejor aquí; en nuestra mesa, TaeHyung-Hyung.
—¡TaeHyung-Oppa, aquí!
—Él no se sienta con perdedores, él se sienta con los populares. ¿Verdad, pequeño dongsaeng?
TaeHyung soltó un resoplido y detuvo su caminar para, con indiferencia, bajarse un poquito sus gafas de sol de marca Gucci con la punta de su dedo índice mientras hace explotar un globo de goma de mascar.
De este modo, con la misma indiferencia, observó al grupito del equipo de fútbol americano que yacía en la mesa en la que justo se había detenido tras tantas ofertas de compañía.
Sus preciosos ojos de color zafiro no pudieron haber logrado hacer que ese grupete de hormonales se sintiera más juzgado que cuando él recorrió con la mirada a cada uno; de pies a cabeza.
—Ustedes saben quiénes son los verdaderos populares de esta universidad, perdedores —dijo moviendo fresón su hombro izquierdo—. Aunque agradecería mucho que alguno de ustedes me llevara la bandeja hacia la mesa a la que voy.
—¡Yo!
—¡No, yo!
—¡Yo, yo!
—Tú, perdedor —habló entre los gritos de ese grupo, señalando a un chico de cabello rojo—. Muévete, que a los bonitos no se les hace esperar.
—Sí, sí.
El chico pelirrojo de nombre HoSeok, receptor abierto del equipo de fútbol americano, se levantó com torpeza del asiento en el que estaba sentado.
Éste, claramente nervioso (porque no esperó que el chico más bonito de toda la universidad lo haya elegido a él precisamente), se salió de la mesa mientras era abucheado por sus amigos ante la sola envidia de haber sido el elegido.
Sonriente aceptó la bandeja de TaeHyung y muy orgulloso de sí mismo le siguió el paso hacia donde sea que fuera. Eso sí, mostrándole a sus amigos el dedo de en medio y la lengua como señal de burla.
Después regresó su atención en TaeHyung y en el divino perfil de dios griego que poseía. En ese momento recordó las infinitas ganas que ha tenido acumuladas por atreverse a invitarlo a salir como media universidad también ha querido.
Pero el miedo a ser rechazado (así como media universidad) y unirse al club de los rechazados es más grande que agarrarse los huevos y arriesgarse, porque sabía que alguien tan precioso como TaeHyung no sale con simples mortales.
—Aquí.
La voz de este Adonis lo sacó de sus constantes sobrepensamientos.
TaeHyung se había detenido y se había puesto en frente de la mesa de uno de los chicos más codiciados y guapos de la universidad, junto a TaeHyung.El susodicho se desalojó sus gafas de sol de tonalidad rosa pastel y dejó a la exposición sus bellos ojos zafiros. Se enganchó las gafas entre el cuello de su camisa con brillantinas.
Se cruzó de brazos alzándose de cejas. Conectó mirada con su mejor amigo, un enano insensible de cabello rosa que también se había cruzado de brazos con la misma ceja alzada que la suya.
Los dos se estaban viendo mal y como con asco hacia el otro porque, por supuesto, hace días se agarraron de las greñas dentro del campo de la universidad y se dejaron de hablar prometiéndose que nunca más iban a dirigirle la palabra al otro.
Y esto pudo haber sido cumplido por parte de TaeHyung si no hubiese sido porque el traidor de JiMin ya había permitido que cualquier persona fuera de su círculo de amigos (que sólo era formado por él y JiMin) se siente en su mesa y en el lugar en el que él siempre se sienta.
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❝Don celos se enɑmoró del señor coqueto❞ (ʏᴏᴏɴᴍɪɴ/ʏᴀᴢᴀᴇʟ).
Fanfiction¿Qué se podíɑ decir? Un hombre de treintɑ y cinco ɑños estɑbɑ en unɑ relɑción con un mocoso de veinte que resultó ser mάs extrovertido e inquieto de lo que ɑ él pudo hɑberle gustɑdo. Teníɑn opiniones y gustos diferentes, nuncɑ estɑbɑn de ɑcuerdo en...