Capítulo veinticinco: Gatito enamorado perdona todo.

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—¿Me permites? Debo de ir al baño.

—Uh, por supuesto.

Zael le sonrió bonito a su cita, Wang, cuando éste se puso de pie luego de besar el dorso de su mano y avisar que iría rápidamente al baño.

Él se quedó esperando pacientemente ahí, no muy tranquilo porque siguió atascándose de comida ahora que no tenía que estar en medio de una conversación.

Wang era lindo, debe decirlo. Pese a que era un hombre mayor, era increíblemente encantador. Poseía un buen físico, era caballeroso, dulce y atento.

El hombre perfecto, sin duda alguna..., pero no para él, que le entregó su corazoncito a un hombre que ni siquiera lo valoró.

—Me siento tan deprimido que ya ni ganas de comer me dan —murmuró de pronto tristón, antes de meterse a la boca una gran pierna de pollo y sólo sacar el puro hueso.

—Hola.

Con las mejillas gordas y masticando como si su vida dependiera de ello, levantó la cabeza cuando el bartender del bar hizo acto de aparición frente a su mesa.

Con un ademán de cabeza le preguntó qué necesitaba. El bartender entonces le entregó un papel doblado sin decir nada, solamente haciéndole una reverencia por la interrupción.

Y él, confundido y al mismo tiempo masticando con afán, aceptó el papel. Lo desdobló y con su mente se puso a leer lo que ahí estaba escrito.

❛Quiero hacerte gatitos bajo la luz de la luna, grrr❜

Completamente confundido devolvió la mirada al bartender que seguía frente a él, para preguntarle con su ceño fruncido quién había sido el maldito degenerado sinvergüenza que le había enviado tremenda aberración.

El bartender entonces señaló hacia el bar, justo en donde se encontraba un grupito de tres hombres en la barra.
Y por supuesto que supo reconocer a cada uno de inmediato, si eran nada más y nada menos que YajaTzael y sus hermanos.

Se fijó en que YajaTzael estaba discutiendo con su gemelo mientras que JimDae a él le regalaba una sonrisita avergonzada por tremendo espectáculo.

—¿Y... cuál de los tres me envía esta nota, joven? —Necesitó saber con la grandísima esperanza de que haya sido su amorcito imposible de sexis tatuajes.

—Uno de los gemelos, el pelinegro..., el más agresivo —le comentó el bartender antes de darse la vuelta y retirarse.

—¿YajaTzaelly...?

¿De verdad su amor platónico había sido quien le envió esa nota con tremendo poema? No podía ser cierto. Tal vez alguna confusión o algo, pero no podía ser cierto.

Bajó la cabeza, se mordió los labios y se puso de inquieto en querer ponerse de pie e ir hasta ese grupito para preguntar quién había sido.

Pero al mismo tiempo quería mantener la esperanza de que el bartender dijo la verdad y que esa nota se la había mandado el hombre más guapo del universo; su YajaTzaelly.

Oh, se veía tan adorable discutiendo a sapos y culebras con su gemelito. Era simplemente un amor de hombre y él lo quería sólo para sí mismo.

Al final acabó ganando su corazón junto a la esperanza de hacer las paces con su YajaTzaelly bonito, así que se levantó de la silla aprovechando que Wang seguía en el baño.

Estaba dispuesto a hacerle frente a YajaTzael de una vez por todas e intentarlo una vez más, intentar que YajaTzael deje su pánico y lo acepte.

Ponte serio, que no note lo mucho que lo amas y lo mucho que quieres que cumpla lo de la nota❜, se dijo a sí mismo dentro de su mente, mientras camina hacia el bar.

❝Don celos se enɑmoró del señor coqueto❞ (ʏᴏᴏɴᴍɪɴ/ʏᴀᴢᴀᴇʟ).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora