❛Mierda, ¿es que este tipo no piensa dormirse?❜
Resoplando JiMin le bajó volumen a su bocina fingiendo no darse cuenta que YoonGi estaba detrás de él poniéndose ropa.
Maldita sea, le dio a ese anciano cuatro polvos seguido: tres en la cama y uno en el baño.
Se supone que para esas horas ya debería de estar desparramadote en la cama durmiendo hasta el amanecer como siempre sucede.Pero contrario a eso, el anciano se mostraba con toda la energía del mundo. Se estaba poniendo una ropa que no era de pijama. De hecho, era ropa elegante, pero casual.
❛¿Será que este anciano saldrá? ¡Carajo! Debí zamparle la puta pastilla❜, pensó mientras se termina de arreglar su cabello rosa.
—¿Puedo saber a dónde vas tan arregladito, bonito y perfumadito, eh? —YoonGi finalmente habló detrás suyo, viéndose en el espejo de cuerpo completo—. Pensé que ibas a ponerte a hacer todas tus tareas, que son muchas.
—En la universidad adelanté bastante y las que no he hecho es porque no son para estos días, señor —comentó haciéndose un par de delineados—. Así que saldré a bailar con los chicos.
—¿Qué chicos, niño? —lo interrogó YoonGi impaciente—. Dame nombre, dirección, hora.
—Mis hermanos, señor —respondió rodando sus ojos de palometa—. Sabes que siempre salgo con ellos.
Una vez se dio el visto bueno respecto a su maquillaje y su peinado, acomodó todo lo que usó en su debido lugar en el tocador.
Posteriormente, se puso de pie para ir en busca de algun fajón.Eso sí, hizo cada movimiento bajo la supervisión de YoonGi.
Éste seguía de pie frente al espejo de cuerpo completo, mas esos ojos juzgones estaban sobre él fijamente.Sabía que no estaba de acuerdo en que saliera de noche a una fiesta; sin supervisión, sin un adulto responsable, sin haber culminado todas sus tareas universitarias.
—¡Anciano, ¿no has visto mi celular?! —habló el menor desde el baño—. ¡No lo encuentro por ningún lado!
—Ni idea, ¿eh? —aseguró YoonGi—. Si no sabes tú, menos yo.
Llevó la vista hacia el piso y maldijo cuando logró notar que no había escondido bien el celular de JiMin debajo del mueble a su lado.
Con suma rapidez, aunque de forma muy sutil y discreta, le metió al celular una patadita con la punta de su zapato para meterlo por completo debajo del mueble.
Era inteligente. Ser tóxico lo hacía serlo. Así que antes de esconderlo, por supuesto, lo había puesto en modo silencio. Método eficaz para no ser atrapado con las manos en la masa.
—¡Aaaah! —JiMin gritó de frustración saliendo saliendo baño—. No lo encuentro.
—Es que tú también, bebé, todo dejas volado —dijo en lo que niega fingiendo decepción—. Tú no vas a salir sin tu celular.
—Pero...
—¿Sabes cómo está la delincuenza y la maldad hoy en día, bebé? No te creas intocable por ser hombrecito —alegó distraído en ponerse su reloj de muñeca—. No voy a arriesgarme a que algo malo te suceda y yo ni enterado porque tú no llevas celular.
—No exageres, anciano —rió JiMin—. Los chicos sí llevan sus celulares en caso de que yo no encuentre el mío.
❛¡Maldita sea esos mocosos ladrones de oxígeno! ¡Ojalá les caiga un rayo!❜, maldijo histérico en su mente mientras que por fuera se mantenía sereno.
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❝Don celos se enɑmoró del señor coqueto❞ (ʏᴏᴏɴᴍɪɴ/ʏᴀᴢᴀᴇʟ).
Fanfiction¿Qué se podíɑ decir? Un hombre de treintɑ y cinco ɑños estɑbɑ en unɑ relɑción con un mocoso de veinte que resultó ser mάs extrovertido e inquieto de lo que ɑ él pudo hɑberle gustɑdo. Teníɑn opiniones y gustos diferentes, nuncɑ estɑbɑn de ɑcuerdo en...