En el final del juego

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¡Clanc! ¡Clanc!¡Clanc!

Víctor frunció el ceño y levantó la vista. En el medio de la oscuridad reconoció la figura de un hombre que se paseaba de un lado a otro frente a su celda y golpeaba los barrotes con lo que le pareció un tolete.

¡Clanc! ¡Clanc! Una y otra vez. Se llevó las manos a las sienes y las apretó, comenzaba a darle dolor de cabeza. El sonido paró de pronto.

―Ya era hora de que despertara, doctor ―escuchó que decía aquel hombre. Víctor pretendió ignorarlo y se sobó las sienes con la yema de los dedos. ―El señor Rumlow quiere verlo.

Víctor entornó los ojos, el hombre abrió la puerta y se hizo a un lado para que pasara. El cambio en el trato no pasó desapercibido, aunque no había sido del todo cortés. En cuanto pasó la puerta, el hombre la cerró y echó a caminar a su lado, guiándolo y a la vez resguardándolo en el camino. No había duda de que, si había siquiera un pequeño intento de escape, ese tolete que blandía entre las manos, sería utilizado sin piedad.

Lo llevaron a una sala conocida, aquella que en otro tiempo habría sido el despacho de Schmidt. Lo llevaron hasta el escritorio tras el cual estaba Rumlow con la mascarilla de oxígeno puesta y la mirada circunspecta. El guardia que lo custodiaba le indicó que se sentara en una de las sillas y Víctor obedeció de mala gana.

―Hackeamos el sistema de SHIELD ―dijo con gravedad tras quitarse la mascarilla―. Efectivamente, la agencia tenía un plan. Pretendían utilizar a Stark para llegar a nosotros. Lo investigaron cuidadosamente. Evidentemente sabían de su amante, y trataron de utilizarlo para, a su vez, llegar a él.

Víctor esbozo una media sonrisa.

―¿Cuándo contactaron a Tony? ―preguntó.

―Según el expediente, lo "disuadieron" para que cooperará, cuando descubrieron la fabricación de los chips. Pero no tenemos detalles de lo que hizo para ellos.

―Lo sabía.

―Lo más importante, sin embargo, von Doom, es que llegaron hasta él por tu culpa.

―¿Mi culpa? ―Víctor se señaló a sí mismo.

Rumlow asintió, necesitó otros segundos con el oxígeno, antes de continuar.

―Fueron sus actividades las que despertaron la curiosidad de SHIELD, desde su antigua empresa, ¿recuerda? Su asunto pasó de lavado de dinero a tráfico de armas y a conspiración y traición. Cuando descubrieron que estabas coludido con Hydra, fue como si descubrieran la joya de la corona. No sabes cuánto se regocija SHIELD cuando desmantela una de nuestras unidades. Vieron la oportunidad y acorralaron a tu esposo.

Víctor le miró y rió para sí mismo.

―Sí, vas a seguir culpándome. Me quieres muerto, ¿no es así? No es mi culpa que tu organización haya sido tan ingenua para no notar el plan del enemigo. Para ser "tan poderosos" fueron engañados muy fácilmente.

Creyó que Rumlow se enfadaría, pero en su rostro desfigurado, se dibujó una sonrisa torcida.

―Corregiremos, no perdonaremos a nadie. Si Stark cooperó, sin importar cómo o por qué, debe pagar. Frustraron nuestros planes y cuando digo nuestros, también me refiero a los tuyos.

Una vez más, Víctor prefirió esperar, el panorama lucía menos hostil que antes y eso le daba ánimo. Rumlow tomó otra bocanada de oxígeno antes de continuar.

―¿Quiere venganza, Dr. von Doom?―pregunto sombríamente.

―Por supuesto.

La sonrisa torcida se ensanchó un poco más.

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