CAPÍTULO 13 MARIPOSA

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El lunes comenzó con el suave murmullo de los primeros pajaritos filtrándose por las ventanas de la habitación de Nastya. Estaba soñando que estaba en un lindo bosque con un arcoíris enorme y muchos unicornios. Había hadas revoloteando por doquier y niños jugando con sus balones, discos y cometas.

Cometas...

¡Cometas!

De manera repentina , la niña recordó de repente que le habían asignado desde el viernes la tarea de crear un papalote para el festival de cometas que tendrían ese mismo día en la escuela. Necesitaba ayuda urgente por lo que decidió despertar a su padre.

-Papá... -movió, pero éste solo se tapó con su cobertor de pies a cabeza y se dio la vuelta.- PAPÁ.

-Nastya, ¿por qué me despiertas tan temprano?- murmuró su papá, entre adormilado y sorprendido.

-Papá,- no sabía cómo decírselo de cierta manera para que no se enojara- se me olvidó decirle ayer que tengo que hacer una cometa para el festival de hoy en la escuela.-El hombre se destapó la cara y volteó a verla- ¡Hoy es el día y necesito su ayuda para hacerlo!- exclamó con ojos brillantes de emoción.

Su papá frunció el ceño, molesto por la sorpresa.

-No se supone que me digas estas cosas a última hora. Las tareas se planifican con anticipación.

La pequeña, con su mirada inocente, respondió:

-Lo siento, papá, pero se me olvidó. ¿Podemos hacerlo rápido antes de que vaya a la escuela?

Después de algunos minutos de discusión, su papá finalmente accedió, resignado a ayudar a su hija. Juntos se embarcaron en la aventura de crear un papalote en tiempo récord.

-Aquí estan los materiales,-dijo poniendo en la mesa del comedor material para manualidades- ¿De qué figura lo quieres hacer?.

-mmm- pensó- una mariposa morada.

-Bien, empecemos.

En medio de risas y frustraciones, el dúo padre-hija experimentó con diferentes materiales y formas para lograr la cometa perfecta.

-¿Porqué lo cortaste?- preguntó sorprendido casi sin voz.

-Usted me dijo que lo cortara.

-Que lo trazaras- corrigió.

A Jungkook le dió un tic nervioso en uno de sus ojos, ahora tenía que volver a hacer el dibujo.

-¿Quiere una taza de café?

Preguntó con una sonrisa pero sólo recibió una mirada matadora.

-Creo que no quiere.

Las tijeras resonaban en la sala mientras cortaban papel, pegaban tiras y daban forma a su obra maestra improvisada.

Nastya y Jungkook finalmente lograron crear un papalote ingenioso que llevaba su toque único. Aunque había sido una mañana caótica, la risa y la complicidad entre ellos dejaron un cálido recuerdo.

Le preparó un almuerzo rapido y terminando corrieron hacia la escuela, llegando justo a tiempo.

Mientras todos niños hablaban de su fin de semana, y de lo genial que jugaron, Nastya no podía evitar sonreír al recordar la mañana llena de desafíos y miradas de su padre.

Después del ajetreo matutino, Jungkook regresó a casa esperando encontrar un momento de tranquilidad.

Se dejó caer en el sillón con un suspiro de alivio, sintiéndose satisfecho por haber completado la tarea improvisada con su hija.

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