CAPÍTULO 27 CAMPAMENTO

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El sol se filtraba entre las hojas de los árboles, pintando el sendero de luz dorada mientras Jungkook y Taehyung caminaban tomados de la mano. El aire fresco del bosque acariciaba sus rostros, llevando consigo el aroma de la naturaleza en pleno esplendor.

El sonido de los pájaros y el crujir de las hojas bajo sus pies llenaba el ambiente de una serenidad encantadora. Tae seguía a Jungkook con curiosidad, dejándose guiar por el misterio de la sorpresa que le aguardaba. Cuando Jeon le pidió que cerrara los ojos, Tae obedeció con una sonrisa, entregándose a la aventura con total confianza.

El suave roce del viento acariciaba sus mejillas mientras el pelinegro lo conducía con cuidado. Taehyung podía percibir la anticipación en el agarre firme de la mano de su novio, y su corazón latía con emoción ante lo desconocido.

Finalmente, Jungkook detuvo sus pasos y le quitó la venda a Taehyung, revelando el escenario maravilloso que había preparado con tanto amor. Ante sus ojos se erguía una tienda de campaña tipo tipi, adornada con una serie luces que brillarian de noche. La tela de la tienda ondeaba suavemente con la brisa, creando una atmósfera mágica y acogedora. Taehyung se quedó sin palabras, maravillado por el gesto de Jungkook.

—¡Esto es increíble!— exclamó, su rostro iluminado por la sorpresa y la felicidad.

Jungkook sonrió, contagiado por la alegría de su personita especial.

—Quería hacer algo especial para nosotros— dijo Jungkook con una chispa traviesa en los ojos.— Y qué mejor manera que pasar una noche bajo las estrellas, ¿no crees?

Taehyung asintió emocionado, admirando cada detalle de la acogedora morada que Jungkook había creado para ellos.

La mesa de madera en el centro de la tienda estaba adornada con una deliciosa selección de comida: quesos exquisitos, embutidos variados, pan y una colorida variedad de frutas frescas

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La mesa de madera en el centro de la tienda estaba adornada con una deliciosa selección de comida: quesos exquisitos, embutidos variados, pan y una colorida variedad de frutas frescas. Además, una botella de vino esperaba ser descorchada, prometiendo una velada llena de brindis y risas.

—¡Es asombroso!— exclamó Tae, admirando el festín ante sus ojos.— ¡No puedo creer que hayas preparado todo esto!

—Bueno, quería impresionarte— bromeó— y también quería asegurarme de que no pasáramos hambre esta noche.

Ambos rieron, sumergiéndose en la calidez del momento y la conexión compartida. Mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte, el bosque cobraba vida con la promesa de una noche llena de aventuras y descubrimientos.

Jungkook extendió una mano hacia las sillas de madera, invitando a Tae a sentarse y disfrutar del festín que había preparado con tanto esmero. Taehyung aceptó con una sonrisa radiante, contagiado por la emoción del momento y la dulzura del gesto de su novio. Con cuidado, Jungkook vertió una copa de vino tinto y la ofreció a Taehyung con galantería.

—Por nosotros— dijo con ternura, alzando su copa en un brindis cargado de promesas.

Tae aceptó el brindis con una mirada llena de gratitud, reconociendo el amor y la dedicación que Jungkook había puesto en cada detalle de aquella velada especial.

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