CAPITULO 38 PARÍS

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Los días pasaron y, en ese tiempo, el señor Taepyung se acercó más a Jungkook. Poco a poco, dejó el orgullo a un lado y comenzó a conocer al hombre que su hijo amaba. Las conversaciones eran más fluidas, las sonrisas más frecuentes, y la tensión que había existido entre ellos empezó a disiparse.

Por otro lado, también llegó el día en que Nastya se fue con sus abuelos a Orlando. La niña estaba radiante, con una emoción que iluminaba su rostro. Jungkook, como un padre responsable, no pudo evitar darle una larga lista de recomendaciones.

Recuerda, Nastya, cuídate del sol. Usa el protector solar que te di. No olvides alimentarte bien y beber mucha agua. Escucha y respeta a tus abuelos. Obedéceles en todo. No te acuestes tarde y limita el tiempo que pasas con tus aparatos. Y lo más importante, no te alejes ni hables con extraños, ¿de acuerdo?

Nastya asintió con una mezcla de paciencia y cariño.

Sí, papá. Lo prometo. Todo lo que dijo, lo haré.

Jungkook se agachó y la abrazó fuertemente.

Te voy a extrañar muchísimo, mi pequeña. Diviértete y cuídate.

Yo también lo voy a extrañar, papá- dijo Nastya devolviendo el abrazo— y quiero que regrese con un "sí" como respuesta, ¿eh?.

Luego se despidió de Taehyung con un beso en la mejilla y subió al coche que la llevaría al aeropuerto.

Al día siguiente, era el turno de Jungkook y Taehyung de emprender su viaje. Las horas previas al vuelo pasaron en un suspiro, entre la emoción y los preparativos. Se encontraron en el avión privado que les llevaría a Francia, ambos sintiendo una mezcla de anticipación y nervios.

El avión despegó suavemente y pronto estaban en el aire, dejando atrás su ciudad y volando hacia la Ciudad de la Luz. Jungkook miró por la ventana, perdido en sus pensamientos. Había mucho planeado para este viaje, pero lo más importante era disfrutarlo junto a Taehyung.

Finalmente, el avión comenzó su descenso hacia París. Jungkook miró a Tae, quien tenía una expresión de pura felicidad en el rostro. Se sintió afortunado de poder compartir este viaje con él, de poder crear recuerdos que ambos atesorarían para siempre.

Una vez instalados en su acogedor departamento con vistas a la Torre Eiffel, salieron a explorar las calles de París. El aire estaba cargado de la fragancia de los croissants recién horneados y el bullicio suave de los parisinos disfrutando de su día.

—Sonríe, cariño— dijo Tae mientras enfocaba a Jungkook.

Jungkook se rió y posó de manera exagerada, causando que Tae soltara una carcajada.

—Eres un modelo natural— dijo Tae entre risas.

—Solo para ti— respondió Jungkook, acercándose a Tae y dándole un beso rápido en la mejilla.

Después de disfrutar de un día explorando los encantos de París, decidieron hacer una parada en una de las boutiques más exclusivas de la ciudad. La moda francesa siempre había sido una pasión para Taehyung, y Jungkook estaba emocionado de ver qué elegancias encontrarían.

—Vamos, Jungkook. Necesitamos ropa y accesorios— dijo Tae con una sonrisa emocionada mientras entraban en la boutique. Los estantes estaban llenos de ropa de alta costura, y los maniquíes mostraban las últimas tendencias de la moda europea.

Taehyung comenzó a examinar los estantes con la destreza de un experto, seleccionando cuidadosamente piezas que complementaran su estilo. Finalmente, eligió un conjunto elegante y formal: un traje de lino gris claro, una camisa blanca impecable y una boina negra que completaba perfectamente el look parisino.

Papá Soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora