Sumérgete en la cautivadora historia de Jungkook, un apasionado padre, exitoso empresario y destacado modelo en la bulliciosa Corea. Cuando las circunstancias laborales lo llevan al apacible campo con su hija, descubre un mundo completamente nuevo...
Jungkook condujo con calma, sus manos firmemente en el volante mientras echaba miradas rápidas a Tae, que estaba distraído viendo el paisaje por la ventana. La luna brillaba sobre ellos, pero lo que tenía preparado para su esposo era aún más espectacular.
Cuando estaban a punto de llegar, Jungkook detuvo el auto suavemente.
—Espera un segundo— dijo con una sonrisa mientras sacaba una venda de su bolsillo.
—¿Qué estás haciendo?— preguntó Tae, arqueando una ceja.
—Confía en mí— respondió Jungkook, inclinándose para atarle suavemente la venda sobre los ojos.— Es una sorpresa.
Tae rió ligeramente, acostumbrado a las travesuras de Jungkook, pero había algo diferente en el tono de su voz esta vez. Se notaba un toque de nerviosismo y emoción.
—¿Qué tienes planeado?
—Shh… ya casi llegamos— murmuró Jungkook, acariciando la mano de Tae antes de continuar conduciendo el corto tramo que faltaba. Al llegar, estacionó el coche y salió rápidamente para ayudar a Taehyung a bajar.
Tomando a Tae de la mano, Jungkook lo guió lentamente hacia la entrada. El aire nocturno estaba lleno de una calma que contrastaba con la excitación que sentían ambos. Finalmente, se detuvieron.
—¿Listo?— preguntó Jungkook.
Tae asintió, y con un movimiento rápido, Jungkook le quitó la venda. Los ojos de Tae tardaron un momento en acostumbrarse, pero cuando enfocaron, su boca se abrió en una mezcla de asombro y emoción. Frente a ellos se alzaba una lujosa casa moderna, con enormes ventanales que dejaban ver un interior cálido y acogedor, mientras las luces suaves iluminaban el exterior.
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Sí, Jungkook había comprado esa casa como regalo de bodas para Taehyung, pero no se lo iba a decir ahí mismo.
—¿Qué… qué es esto?— Tae apenas podía encontrar las palabras.
—Es nuestra escapada— respondió Jungkook con una sonrisa satisfecha, mientras se acercaba para tomar a Tae de la cintura. — Quería que fuera especial... para nuestra primera noche como esposos.
Tae se quedó sin palabras por un momento, mirando la inmensidad de la casa.
—Es… increíble— susurró finalmente, girándose hacia Jungkook— No tenías que hacer todo esto.
Jungkook le sonrió, acercándose para darle un suave beso en los labios.
—Por ti, haría esto y mucho más— susurró.— Quiero que esta noche sea inolvidable.
Tae lo miró a los ojos, tocando suavemente su mejilla.
—Ya lo es— dijo en voz baja.— Con solo estar contigo, todo es perfecto.
