CAPÍTULO 42 CAFÉ

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Después de dos semanas en Seúl, la vida comenzaba a tomar un ritmo constante. Nastya había sido admitida en un prestigioso colegio, y aunque los primeros días fueron un desafío, se estaba adaptando bien y empezaba a hacer nuevos amigos.

Mientras tanto, Jungkook estaba inmerso en su rol en la empresa. Con la responsabilidad de la presidencia, sus días eran largos y exigentes, pero él afrontaba el desafío con determinación y liderazgo.

Mientras tanto, en la oficina de la sede central de la empresa, Jungkook se encontraba detrás de su escritorio, revisando una pila de documentos. Su expresión era de concentración absoluta mientras analizaba los informes financieros y estratégicos. La luz del sol entraba a raudales por las grandes ventanas, iluminando la espaciosa habitación decorada con un estilo moderno y sofisticado.

—Señor Jungkook— dijo su asistente personal, Minji, mientras entraba con una carpeta más— Aquí están los informes de ventas del último trimestre y los proyectos de inversión que solicitó revisar.

Jungkook levantó la vista y tomó la carpeta, asintiendo.

—Gracias, Minji. También necesito que prepares una reunión con el equipo de marketing para mañana a primera hora. Quiero discutir las nuevas estrategias para el lanzamiento del próximo producto.

Minji hizo una nota rápida en su tableta.

—Por supuesto, señor. También, el director financiero está esperando su aprobación para la propuesta de presupuesto anual. ¿Quiere que lo pase ahora?

—Sí, por favor— respondió Jungkook, mientras comenzaba a revisar los informes de ventas.—Y asegúrate de que todos los documentos relacionados con la adquisición de la nueva filial estén listos para la reunión de la junta directiva esta tarde.

Minji asintió y salió rápidamente de la oficina, dejando a Jungkook sumido en sus tareas. Mientras revisaba los números y analizaba las proyecciones, su mente no podía evitar divagar por un momento, recordando a Tae. Quería verlo, abrazarlo, lo extrañaba mucho, ya habían  pasado muchos días y aunque se veían en videollamada, no era lo mismo, quería estar junto a él.

Jungkook hizo una pausa y se recostó en su silla, mirando brevemente por la ventana. La vista panorámica de Seúl siempre le daba una sensación de perspectiva.

—Señor Jungkook, el director financiero está en la línea uno— anunció Minji a través del intercomunicador.

Jungkook se enderezó y tomó el teléfono.

—Sí, señor Chal. Dígame, ¿qué detalles necesita de mi parte para finalizar el presupuesto?

Mientras discutía con el director financiero, Jungkook se mantuvo enfocado y preciso, asegurándose de que cada decisión estuviera alineada con los objetivos estratégicos de la empresa. Era un líder nato, capaz de manejar múltiples responsabilidades con eficiencia y visión.

El teléfono en su escritorio sonó, sacándolo de sus pensamientos. Era un mensaje de Tae, quien le enviaba una foto.

 Era un mensaje de Tae, quien le enviaba una foto

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