CAPÍTULO 18 SEÑOR PLOMERO

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Taehyung salió de su salón de clases, sus pasos eran decididos pero relajados, una sonrisa habitual adornaba sus labios mientras se despedía de sus estudiantes.

-¡Adiós a todos! ¡Recuerden que la otra semana tenemos el viaje escolar y mañana tendremos clases de matemáticas!.

El viaje escolar, que posiblemente tenga un sinnúmero de aventuras memorables.

La voz de Tae resonó por el pasillo, provocando un coro de quejas y risas entre sus estudiantes que partían.

Mientras el último de su clase desaparecía al doblar la esquina, Taehyung se apoyó en el marco de la puerta, permitiéndose un momento de respiro. Sus ojos escudriñaron el bullicioso pasillo, captando destellos de rostros familiares y pasos apresurados. En medio del torbellino de actividad, divisó a Jungkook, el objeto de su afecto, abriéndose paso entre la multitud.

Con un sutil ajuste de su camisa, Tae se apartó del marco de la puerta y se dirigió hacia él, su corazón acelerándose con anticipación. La presencia de Jungkook tenía una manera de infundir color en su rutina mundana, como una pincelada vibrante sobre un lienzo en blanco.

Sus miradas se encontraron, y Tae sintió una oleada de calidez recorrerlo, elevado por el destello en los ojos del pelinegro. En sus brazos, él sostenía a Nastya.

-Tae, ¿cómo estuvo tu día?- Jungkook lo saludó con entusiasmo.

-Tuvimos una clase sobre la Guerra de Corea. Los niños estaban más interesados en las anécdotas que en las fechas- respondió con una risa suave.- ¿Y tú?

-La rutina de siempre. Recogiendo a Nastya y tratando de convencerla de que los deberes no son el fin del mundo.

Nastya se separó del hombro de su padre e intervino.

-Mi papá es un adicto a la limpieza- exhibió enojadiza- quiere todo limpio.

-No le hagas caso- intervino Jungkook- ya van tres días que no hace aseo de su cuarto, y su tío la tiene muy consentida.

-No, con mi tío Yoon, no, es solo que no me da tiempo, y él me ayuda.

-Ajá.- dijo mirándola serio.

La pequeña se safó de los brazos de su padre y mejor se fue a jugar con sus amigos que estaban cerca y así evadir la conversación.

-Ah, los deberes... los peores enemigos de la infancia- bromeó Tae, acercándose un poco más a Jungkook.- Pero parece que tú los llevas bastante bien.

Jungkook rió, y respondió con una sonrisa traviesa.

-Tal vez podrías ayudarme con eso. ¿Qué dices?- Tae arqueó una ceja, juguetón.- Estoy seguro de que juntos podríamos darle a Nastya buenas lecciones.

Su conexión de ambos era muy notoria, y esa propuesta era muy tentadora.
Mientras hablaban el celular de Taehyung empezó a sonar y al ver el contacto, le pidió un momento a Jungkook para contestar la llamada.

Contestó, y empezó a hablar de forma cortés y educada, tenía mucha esperanza que el plomero que había llamado lo pudiera atender y ayudar con el problema que tenía en su casa, pero su sonrisa se desvaneció cuando le dijeron que tenía mucho trabajo y le era imposible ayudarle.

-... está bien... comprendo, le agradezco su tiempo.- colgó.

-Qué pasó.- preguntó curioso.

-La tubería de mi cocina está obstruida, y necesito un plomero.

Hubo un breve silencio antes de que Jungkook respondiera.

-Hmm, ¿un plomero dices? ¡Pues estás de suerte! ¡Yo puedo serlo!

Papá Soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora