Capítulo 15. ¿Qué tal si eres mi amante?

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En ese momento, Ashley, que estaba abrazada al brazo de Vivian, mostró una expresión de sorpresa. De repente, sonrió.

—¡Ah, sí! Casi había olvidado que Fabi iba a la misma universidad que tú. También está en el departamento de periodismo, así que es tu superior.

—Sí, lo conozco. —Reprimiendo el sentimiento de amargura que surgía en su corazón, Vivian fingió estar tranquila—. Es que hace mucho tiempo que no lo veo.

Cuando Fabian notó la indiferencia de Vivian, sus ojos se entrecerraron.
—Ashley, ¿puedo hablar un momento con tu hermana?

La mirada de Ashley cambió. Sin embargo, seguía manteniendo su conducta amable.
—Bien, veré si puedo ayudar en la cocina.

En ese momento, solo quedaban Vivian y Fabian en el salón.
—¿Qué pasa, Vivian? ¿Por qué no has reaccionado al hecho de que ahora soy tu cuñado? — preguntó Fabian en tono burlón, mientras bajaba la cabeza y miraba fijo a Vivian.

—¿Qué tipo de reacción te hubiera gustado que tuviera? ¿Debería haberte llamado cuñado? —Vivian miró a Fabian con frialdad —. ¿O tal vez, te gustaría que te llamara el nieto de la familia Norton?

La expresión de Fabian cambió. Odiaba que los demás le llamaran así; de hecho, despreciaba aún más cuando otros habían intentado acercarse a él por su origen familiar. Por eso, cuando estudiaba en la universidad, rechazó la oferta de su padre de enviarlo al extranjero, al Reino Unido. En su lugar, fue al Colegio Z de la ciudad adyacente, ya que pretendía ser un hombre pobre. Fue entonces cuando conoció a Vivian. Cuando la conoció, la apreciaba mucho porque le quería por ser «Fabian» más que por ser el «nieto de la familia Norton». Sin embargo, la dura realidad le dio una bofetada; Vivian le había dejado, un supuesto «tipo sin dinero». Por el dinero, ella había incluso.

Cuando Fabian recordó aquellas fotos del pasado, se sintió descorazonado. Agarró con fuerza la muñeca de Vivian y se burló:
—Vivian, ahora que sabes que no solo soy el editor en jefe de la revista Glamour, sino también un miembro de la familia Norton, ite arrepientes ahora? Sin embargo, puedo darte la oportunidad de enmendar tu error...

Vivian levantó la cabeza despacio y miró la expresión furiosa de Fabian. Antes de que ella pudiera responder, él continuó con saña:
—Ya que estás dispuesta a vender cualquier cosa por dinero, ¿por qué no eres mi amante?

Los ojos de Vivian se abrieron de par en par, incapaz de comprender que Fabian pudiera decir algo así.
—¡Ja! ¿Te tienta mi oferta? —La mirada burlona de Fabian se intensificó—. No es sorprendente, sin embargo. Aunque estás casada, has continuado con esos asuntos indecentes, ¿verdad? En lugar de seguir con un viejo asqueroso, será mejor estar conmigo, ¿no? No te preocupes. Soy de la familia Norton. Puedo darte todo lo que desees.

Vivian se sintió de repente abrumada por una sensación de asco. Nunca había pensado que Fabian, al que una vez había amado profundamente, le diera tanto asco.

—Oh, claro. Vivian, mamá dice que necesita que vaya por vino. ¿Te gustaría acompañarme?
Por fortuna, Ashley apareció en ese momento, interrumpiendo el impulso de Vivian de abofetear con fuerza a Fabian.

—De acuerdo, iré contigo.
Lanzando una mirada al hombre, que rápido reanudó su conducta amable, Vivian siguió a Ashley hacia la bodega.

—La verdad es que a Fabi no le gusta beber vino tinto. —Cuando estaban eligiendo el vino, Ashley habló de repente—: iJa! Muchos de sus hábitos son diferentes a los de los hombres ricos.

Sin saber por qué Ashley sacaba el tema de repente, Vivian se limitó a murmurar un reconocimiento.
—Así que es normal que no hayas reconocido que es el nieto de la familia Norton —dijo Ashley.
La expresión de Vivian se endureció de repente. Levantó la cabeza y miró a Ashley, que tenía una brillante sonrisa en el rostro.
—Sin embargo, Vivian, por mucho que te arrepientas ahora, Fabi ya es mío.

Vivian estaba asombrada.
«¿Ashley está al tanto de mi pasado con Fabian?»

—¿Quieres preguntarme cómo he llegado a saberlo? —La sonrisa de Ashley se volvió más coqueta—. Claro que Fabi me lo contó él mismo.

Vivian sintió una sensación de malestar, que aumentaba en su interior.
«¿Fabian le contó nuestro pasado a Ashley como si todo fuera una broma?»

—¿Eh? No pareces muy contenta, Vivian. —Sosteniendo la botella de vino, Ashley se acercó a ella.

Incapaz de tolerarlo por más tiempo, la expresión de Vivian se volvió fría.
—Ashley, ¿qué estás tratando de decir?

Solo entonces la sonrisa hipócrita desapareció del rostro de Ashley. Un brillo hostil apareció en sus ojos mientras advertía:
—Vivian, sabes lo que estoy tratando de decirte. Sé que trabajas en la misma empresa que Fabi. Sin embargo, te lo advierto ahora. No codicies algo que no te pertenece.

Contemplando la mirada amenazante de Ashley, Vivian acabó encontrando que todo aquello era hilarantemente ridículo.

—No te preocupes. —Ella levantó la mano—. Ya estoy casada. No me interesa en absoluto tu prometido.

Cuando Ashley vio el anillo de boda que llevaba Vivian en el dedo, se quedó atónita por un momento. A pesar de ello, rápido se echó a reír.
—Vivian, ¿ya estás casada? ¿Por qué no me lo has dicho antes? —Ella miró de cerca su anillo y se rio aún más fuerte—. Parece que mi cuñado es un hombre honesto. Debe ser muy bueno contigo, ¿verdad?

Para Ashley, un «hombre honesto» era sinónimo de un hombre pobre.

Sin negarlo, Vivian respondió con frialdad:
—Ya no te preocupa, ¿verdad?

—Nunca me he preocupado. —Ashley volvió a fingir una mirada inocente e inofensiva.

Parpadeando, dijo—: Al fin y al cabo, después de lo ocurrido hace dos años... Aunque hubieras querido reconciliarte con Fabi, él tampoco estaría dispuesto a hacerlo, ¿verdad?

El cuerpo de Vivian se estremeció mientras miraba a Ashley.
La sonrisa de Ashley se amplió. Se acercó de forma brusca a Vivian y bajó la voz.

—Después de todo, ¿quién va a aceptar a una mujer que ha sido violada por un hombre viejo y apestoso?

Las palabras de Ashley fueron como puñales en el corazón de Vivian, haciendo que se sintiera en extremo angustiada. Su cuerpo empezó a temblar sin control y pronto gritó:
—¡Ya basta! Deja de hablar...

Sin embargo, Ashley se acercó aún más a sus oídos. Con un tono burlón, le espetó:
—Vivian, ¿sabe tu actual marido que tu virginidad fue robada por un viejo, hace dos años? Y... Fue solo por un precio de diez mil...

—¡Ya está bien! —gritó Vivian, que no pudo aguantar más. Empujó a Ashley a un lado con fuerza.

—iArgh!

Ashley cayó al suelo, haciendo que la botella de vino se hiciera añicos.

—¡Ashley!

Casado sin másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora