—Estaba pensando si eras infeliz —respondió Vivian con sinceridad.
—¿Infeliz por qué?
Dudó un momento antes de responder:
—Infeliz porque me he hecho daño al salvar a Fabian.Vivian respondió sin ocultar nada, con voz suave. Era como una pluma que revoloteaba en su corazón.
—Sí, estoy enojado —respondió él. La profunda mirada de Finnick se calentó ante su admisión de culpa. Ella no esperaba que fuera tan directo. Levantó la cabeza y se encontró con su mirada.Ladeó un poco las cejas ante la adorable expresión de perplejidad de la mujer.
—¿No vas a preguntar por qué estoy enojado?—Creo que sé por qué estás enojado —tartamudeo Vivian.
—Ilumíname.
—Porque soy tu mujer. No creo que ningún hombre pueda soportar el hecho de que su mujer salga herida por culpa de un exnovio...
El oscurecimiento de la mirada de Finnick era indetectable para quienes no prestaban suficiente atención. No sabía si sentirse enfadado o impotente ante su respuesta.
«¿Esta estúpida mujer sigue pensando que solo me siento celoso por ella? ¿Qué tan terca puede ser?», pensó. Vivian rompió el silencio al notar que él no le respondía:
—¿Finnick? Lo siento. Esta vez he sido desconsiderada con tus sentimientos. Tendré más cuidado
la próxima vez.Finnick dejó la sopa de pollo en su mano. El sonido de la cuchara al tocar el cuenco fue nítido en medio del silencio que reinaba entre ellos. Ella se sintió sorprendida por el repentino movimiento.
—Vivian, ¿así que por eso crees que estoy enojado?Finnick la miró a los ojos. Ella asintió en blanco. Al contrario, su mirada se oscureció aún más.
—¿Y si te digo que estoy enojado no solo por celos?Vivian estaba perpleja. «No solo por celos? ¿Qué otra cosa podría ser? Después de todo, nuestro matrimonio es contractual. ¿Está... celoso de Fabian?», pensó. Esa idea pasó por su mente durante solo una fracción de segundo antes de descartarla. Una sonrisa amarga se dibujó en su rostro mientras sacudía la cabeza para despejarse.
Eso es imposible. Finnick no es un hombre ordinario. Si yo no fuera su esposa, no se habría molestado conmigo. Es ridículo pensar que está celoso. Estoy alucinando. Miró a Finnick con impotencia. Desconcertada, preguntó:
—No lo sé. ¿Por qué estás enfadado entonces?Los ojos de Finnick brillaron con furia ante su pregunta. Al momento siguiente, le agarró la barbilla y le acercó la cara a la suya. Dijo en voz baja, casi como una amenaza:
—Vivian, ¿de verdad no eres consciente de ello? ¿O estás jugando conmigo?Ella se sorprendió un poco, sobre todo porque él se acercó a ella. La insinuación de miedo en sus ojos no pasó desapercibida. Eso le llevó a tener la cabeza fría en ese mismo momento.
Soltó a la mujer cuando notó que se estaba asustando.
—Siento haber perdido la calma —dijo Finnick mientras ponía la espalda recta en su silla de ruedas.—Está bien.
Vivian sentía que algo no iba bien con Finnick ese día. Sin embargo, no dijo más, ya que él seguía enfadado con ella.
La mirada de Finnick se ensombreció al mirarla. «¿Cuándo va a darse cuenta esta estúpida mujer de que mis sentimientos hacia ella no son solo la posesividad de un marido contractual hacia su mujer?», pensó. El no tenía mucha experiencia en el asunto. Además, las mujeres siempre acudían a él. En realidad, nunca había perseguido a una mujer. Por lo tanto, no sabía cómo expresar sus sentimientos.
Reprimió la rabia y la frustración que tenía en su interior después de mirar su rostro pálido y la herida de su brazo. Volvió a su calma habitual.
Aunque la mujer no entendía sus sentimientos, él sentía la necesidad de dejar claras ciertas cosas.

ESTÁS LEYENDO
Casado sin más
RomanceTranscripción historia "Never Late, Never Away" Esta novela cuenta la historia de Vivian William y Finnick Norton. Vivian necesitaba desesperadamente casarse para quedarse en Sunshine City, y Finnick también estaba buscando casarse debido a que su...